Sucedáneos de significado
Hablamos mucho de Putin. Pero Putin no estaría haciendo lo que está haciendo si no contara con un apoyo casi incondicional. Sus mecanismos para contar con respaldo popular no nos son del todo ajenos. Putin es un populista, un nacionalista. Putin lleva años utilizando el malestar de los rusos, la mala situación económica, la nostalgia de la Gran Rusia de Catalina la Grande y de la URSS. Putin no puede ofrecer prosperidad económica, no puede ofrecer desarrollo, y a cambio ofrece un sucedáneo de significado, ofrece espectáculo, ofrece exaltación.
Putin ha construido para la opinión pública rusa un supuesto enemigo exterior: Occidente. El líder ruso explota el miedo. Rusia se habría convertido en una fortaleza asediada.
No es tan extraño lo que ha pasado en Rusia. Vivimos en una época en la que parece que la locomotora de la vida y de la historia es el resentimiento, la sensación de agravio, los afectos contrariados. El nacionalismo trata de llenar el vacío social y la ausencia de vínculos creada por el individualismo con una falsa noción de pertenencia. Estamos viendo cómo de peligroso puede llegar a ser el nacionalismo que al final siempre se apropia de lo más humano, la búsqueda de sentido.
Cuando se pierde la esperanza en un futuro mejor surge la ira. Y se vuelve a extender la sensación de que la violencia soluciona algo. Esto nos parece que lo habíamos superado. Pensábamos que después de las dos guerras mundiales habíamos aprendido que la guerra no soluciona nada. Pero lo que aprende una generación lo tiene que reconquistar la siguiente.