Entrevista a Antxón Sarasqueta

´Si el PSOE hubiese pactado un gobierno con el PP, todos habrían salido beneficiados´

España · Juan Carlos Hernández
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7 junio 2016
Dialogamos con el periodista Antxón Sarasqueta sobre la precampaña del 26-J. Sarasqueta apuesta por la cooperación, también a nivel político, para poder competir en un mundo globalizado.

Dialogamos con el periodista Antxón Sarasqueta sobre la precampaña del 26-J. Sarasqueta apuesta por la cooperación, también a nivel político, para poder competir en un mundo globalizado.

El PP ha apostado por una campaña inmovilista. ¿Bastará con el miedo para movilizar a los abstencionistas?

Lo que ha apostado el PP es por el voto útil. La alternativa al PP es un cambio a mucho peor. Dejar el futuro de España en manos de una izquierda dominada por Podemos es lo que se juega en estas elecciones.

Recientemente en un artículo suyo ha afirmado que ´Felipe González reforzó su liderazgo por su renuncia al marxismo y la defensa de la socialdemocracia, y cuatro décadas después el proyecto de Sánchez es pactar con los marxistas leninistas de Podemos”. Tras lo sucedido estos meses, ¿ha cambiado la mentalidad del votante del PSOE y podría no ver con buenos ojos un pacto con Podemos?

Los hechos han demostrado que tenía razón. El PSOE ha perdido la hegemonía de izquierdas y está siendo devorado por Podemos por su propia deriva radical iniciada en la etapa Zapatero. Con el apoyo de Sánchez a Podemos el PSOE ha engordado a su principal enemigo. Podemos ha nacido para sustituir a la socialdemocracia y al PSOE por un liderazgo de izquierda radical marxista.

La presencia de Ciudadanos, ¿podría ser una posibilidad, junto con presiones internas del partido, para alejar al PSOE de la tentación de abrazarse a la izquierda radical?

En democracia un partido minoritario tiene relevancia si es decisivo en una mayoría de gobierno, y no es el caso de un pacto PSOE-Ciudadanos, como se ha demostrado en la breve legislatura que ha dado paso a estas elecciones tras la frustrada investidura de Sánchez apoyada por Ciudadanos.

Usted ha insistido en sus artículos acerca de la necesidad de la cooperación para competir con éxito en el mundo moderno en la era de la globalización. No solo entre empresas y gobiernos, sino con los sindicatos, organizaciones sociales y todos los actores de la sociedad. ¿Nos falta una cultura política del diálogo en España?

El principio de cooperar para competir está asociado a la nueva era de la globalización, en la que todas las partes salen beneficiadas si colaboran en su conjunto, y al hacerlo pueden competir mejor globalmente. En el terreno político, si el PSOE hubiese pactado un gobierno con el PP, todas las partes hubiesen salido beneficiadas y desde luego la mayoría de los españoles. No hacerlo ha perjudicado a todos y de manera evidente al PSOE, que ya no compite por el primer puesto sino por el segundo.

Existe un desencanto sobre la clase política pero los políticos no vienen de Marte, ¿es el Congreso un buen reflejo de la sociedad española?

Claro que el Congreso es representativo de la sociedad española. Por eso una sociedad que no rechaza los movimientos de ideología totalitaria como Podemos, los independentistas, los anti-sistema o los etarras, sino que les da fuerza para destruir la democracia desde dentro del Congreso y del sistema político, está abocada a un proceso cancerígeno que, si no se corta, acaba en metástasis y la destrucción del sistema.

Por eso las grandes naciones que han hecho de la democracia liberal su sistema, como la británica y estadounidense, hacen de ello un culto social, educativo y –no menos importante– sentimental. Cuando todas las mañanas los niños norteamericanos al llegar a la escuela cantan el himno nacional con la mano en el pecho, están fortaleciendo el sistema inmunológico de la democracia y la libertad de su nación, frente a los ataques cancerígenos de todo tipo de totalitarismos, internos y externos.

En Páginas dialogamos hace escasas fechas con el recientemente fallecido Fernando Álvarez de Miranda. En dicha entrevista, el que fuera presidente del Congreso, reclamaba a “recuperar el espíritu de concordia suficiente para poder vivir en una democracia parlamentaria”. También mostraba su preocupación ya que “las nuevas generaciones no creen en el sistema parlamentario y eso es muy grave ya que nos llevaría a una situación sin salida. […] Esto se ha deteriorado de tal manera que la situación se ha hecho insostenible y yo pienso que mucha gente en este momento está decepcionada del sistema parlamentario”. ¿Qué le sugieren las palabras de Álvarez de Miranda?

Conozco bien las ideas, valores y pensamiento de Álvarez de Miranda, con quien además he tenido un trato de amistad desde el principio de la Transición. Conviene además leer su libro ‘Del contubernio al consenso’ publicado en 1985 entre las obras que ayudan a entender el proceso pacífico del fin de la dictadura franquista a la constitución de una nueva democracia liberal en España, del que él fue uno de los artífices. Y las palabras que cita de él confirman mi respuesta a la anterior pregunta. Si decía que las nuevas generaciones no creen en el sistema parlamentario es porque no le dan valor, lo que en sí mismo significa que no se ha hecho lo suficiente para que se lo den, y valoren por tanto la diferencia entre lo que representa vivir en una democracia liberal (porque no hay otra democracia) o vivir en una democracia que poco a poco va dejando de serlo.

En eso se basa la dictadura del relativismo, en no dar valor a los valores que sustenten la libertad de la persona, su sociedad y el régimen político que lo garantiza. Por eso España vive desde que llegó Zapatero en 2004 ese proceso de involución democrática, mediante una cultura y política de contravalores, y el resultado es que han ido ganando poder de forma significativa los movimientos que se quieren cargar la Constitución y el régimen político.

¿Qué nos jugamos el 26-J?

Si las elecciones del 26 de junio son tan decisivas es porque no está en juego un gobierno, sino el régimen constitucional. Lo cual me lleva a su primera pregunta porque el resultado dependerá más de la movilización del centro-derecha para que el PP tenga una mayoría de gobierno. De lo contrario, todo irá a peor.

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