Segunda fumata negra: ¿sin efecto Ratzinger?

El candidato que sale en cabeza es Angelo Scola. Italiano, de reconocida autoridad, discípulo de Benedicto XVI, goza de un mayor consenso fuera de Italia que en su patria, gracias en parte a la vasta red de relaciones que estableció cuando era patriarca de Venecia mediante la revista *Oasis*. Los vaticanistas le atribuyen entre 30 y 40 votos en la primera ronda. Hace ocho años Ratzinger obtuvo 47 en el primer escrutinio.
En las votaciones de esta mañana se verificará si su candidatura avanza a buen ritmo, lo que siempre se interpreta como una inequívoca señal de lo alto (como sucedió con Ratzinger), o no. Bastan dos o tres escrutinios para entender si el candidato que empezó bien situado puede esperar alcanzar el quórum necesario o no.
Scola es una persona muy apreciada, sin embargo en los últimos días un cierto número de purpurados ha mostrado algunas perplejidades, sobre todo la edad: 71 años cumplidos. Muchos preferirían un Papa más cercano a los 65 que a los 70. Algunos también consideran que su lenguaje es difícil; sin embargo, su predicación del domingo en la basílica de los Santos Apóstoles fue sencilla y fascinante.