Se agravan los problemas
El presidente también hizo referencias a cuestiones internas. "Hay una subversión de corbata y algunos de sus representantes están detrás de una pantalla de televisión o son dueños de empresas o bancos". Uno de los corresponsales le preguntó sobre el proyecto de enmienda constitucional que permita la reelección indefinida, y para sorpresa de comensales y de la audiencia que seguía el evento en canales de televisión, el tema parecía engavetado por ahora. "Todo en su momento, ahora tenemos por delante otras tareas: la lucha por solucionar los problemas prácticos, elevar la eficiencia del Gobierno, el tema del partido unido de la revolución, las elecciones regionales. Eso es lo prioritario, lo demás queda en perspectiva".
Los analistas dan por supuesto que Chávez ha examinado las últimas encuestas. El Pulso Nacional de Datos, la empresa de mayor tradición en la medición de la opinión del país, presentó a sus clientes el último estudio, en el cual aparece un gráfico sobre el descenso progresivo y consistente de la popularidad, que era de 55% al comienzo de 2007 y ha caído al 34%. Se produce en todas las regiones y sectores sociales. El apoyo duro es de un 17%. La confianza en la capacidad del presidente invirtió sus valores en los últimos tres años, al punto de que la desconfianza duplica el porcentaje de quienes creen en él. Para el primer trimestre del 2005, el 51% le daba mucha o bastante confianza y el 25%, poca o ninguna. Las líneas, descendente una, ascendente la otra, se cruzaron durante el tercer trimestre de 2007, en el 36%. La desconfianza llegó al 51% y la confianza al 28%. Por primera vez en cuatro años, el juicio negativo sobre la labor del Gobierno supera al positivo. El 25% la considera positiva o muy positiva, y el 43%, negativa o muy negativa. Por primera vez en los últimos cuatro años, la confianza en el presidente no pasa de 30% en ninguna de las regiones del país. En la región capital es del 26%. El 40% responsabiliza a Chávez de los problemas que confronta, específicamente desabastecimiento, inseguridad, desempleo. Por primera vez en los últimos cuatro años, la percepción sobre la situación del país es negativa (57 vs. 43) y el pesimismo pasa a dominar las expectativas hacia el futuro (56 vs 31). Las cifras de Datos coinciden bastante con las de otras encuestadoras fiables. La ingobernabilidad se hace patente en la realidad del país.
También dan por supuesto que el presidente no desconoce el debate que sus partidarios hacen en Aporrea.org y otros portales del régimen. "La responsabilidad de la derrota en el referendo es de quienes convencieron a Chávez de que la revolución depende de su figura personal", es una opinión escogida al azar. Otra: "Aunque la crítica sea dura, es necesario hacerla: con los resultados del 2 de diciembre fue derrotada la prepotencia y el criterio de infabilidad de nuestro comandante". Una tercera: "O nos acostumbramos a entender y a decir en voz alta que Chávez se puede equivocar, o ese socialismo que estamos construyendo es pura fantasía. Sin poner en duda el papel que ha desempeñado, cuestionamos su estilo de liderazgo personalista y la incondicionalidad acrítica y oportunista de la gente que lo rodea". Aparte de esas voces del silencio, en las web del régimen acaba de hacer estruendo el diputado chavista Wilmer Azuaje, quien denuncia que en Barinas, su Estado natal, existen 17 fincas propiedad de la familia presidencial, registradas a nombre de testaferros. El hecho no era desconocido pero es la primera vez que, con pruebas contundentes, desde el interior del régimen se acusa de corrupción a la familia del líder. Se le complican los problemas internos al presidente.