Savia nueva

Dentro de quince años uno de cada cuatro españoles tendremos más de 65 años. Son algunas de las conclusiones de las últimas proyecciones demográficas del INE conocidas hace algunas horas. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha asegurado que la población española va a aumentar en los próximos 30 años hasta en 13 millones de personas. Podemos llegar a ser 60 millones. Este incremento de la población española será posible si llegan a España 270.000 inmigrantes al año y si la tasa de fertilidad se eleva del 1,3 al 2. El futuro demográfico de España depende pues de la llegada de extranjeros y de un drástico aumento de la cantidad de hijos que tenemos. Algo tendremos que hacer para que tener un hijo no sea heroico en España.
Se nos invita a mirar los flujos migratorios no como una amenaza sino como una oportunidad. Sin duda esos flujos migratorios tienen que ser ordenados, es necesario garantizar la seguridad. Pero el futuro pasa por un nuevo mestizaje que requiere de la cultura y de la identidad española una profunda renovación. La llegada de los inmigrantes nos invita a pensar, a contar quiénes somos, qué es ser español, para poder conseguir una integración auténtica.
En este contexto es una gravísima irresponsabilidad que haya nuevos líderes políticos que quieran abrirse paso con frases como estas: “los españoles, primero”, “el estado del bienestar es para los españoles”. Es una grave irresponsabilidad basada en la mentira la explotación del miedo al inmigrante para hacer hueco a unas nuevas siglas. Es cierto que la llegada de inmigrantes irregulares a través del Mediterráneo se ha multiplicado en los últimos meses. Es cierto que es necesario proteger las fronteras, garantizar la seguridad y exigir a Europa que colabore con los países del sur. Pero no es menos cierto que es un deber elemental de humanidad atender a quien se está ahogando en el mar. Los inmigrantes no están recibiendo una ayuda que se les niega a los nacidos en España. Los estudios son contundentes y reflejan que: los inmigrantes han contribuido a dinamizar la economía, a mantener a flote el sistema de la Seguridad Social, a contrarrestar el envejecimiento de la población. España envejece y los inmigrantes son savia nueva. La inmigración tiene que ser regulada, ordenada, pero los inmigrantes no nos quitan nada.