Sansón y Dalila

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22 noviembre 2013
Una de las películas de referencia de mi generación es, sin duda, Shrek. No hace falta ponderar aquí las genialidades de esta cinta, de la que muchos se saben hasta los diálogos.  Yo considero que debemos también a Shrek el que haya popularizado una de las canciones más bellas de Leonard Cohen: el Hallelujah. Para la banda sonora  de la cinta se seleccionó la versión de Rufus Wainwright, poseedor de una voz dulcísima, cálida y varonil (la voz masculina es, a mi juicio, una de las grandes bendiciones de la Creación).

Una de las películas de referencia de mi generación es, sin duda, Shrek. No hace falta ponderar aquí las genialidades de esta cinta, de la que muchos se saben hasta los diálogos.  Yo considero que debemos también a Shrek el que haya popularizado una de las canciones más bellas de Leonard Cohen: el Hallelujah. Para la banda sonora  de la cinta se seleccionó la versión de Rufus Wainwright, poseedor de una voz dulcísima, cálida y varonil (la voz masculina es, a mi juicio, una de las grandes bendiciones de la Creación).

Mi interés por escribir sobre esta canción no es tanto la música como el texto de la canción. Se trata de una letra muy enigmática preñada de referencias bíblicas, como ya indica el propio título. Sin duda esto se debe al origen judío del autor. (No hay que olvidar que, para casi todos los artistas occidentales, la Sagrada Escritura ha sido el pan de cada día y fuente de inspiración para muchísimas obras, desde el paleocristiano hasta el rock´n roll).

Pero volviendo al Hallelujah, quisiera señalar un momento en que la letra dice:

Your faith was strong but you needed proof

You saw her bathing on the roof

Her beauty in the moonlight overthrew you

She tied you to a kitchen chair

She broke your throne, and she cut your hair

And from your lips she drew the Hallelujah

Yo creo que esta estrofa es un guiño a la historia bíblica de Sansón y Dalila, un relato  fascinante que se narra en el libro de los Jueces (Jue 16, 4-27). Resumiendo muy brevemente, la historia es la siguiente: Sansón es elegido por Dios y el signo de su especial relación con el Altísimo es su larga cabellera, que no se puede cortar. Además, posee una gran fuerza que utiliza para humillar a los filisteos, enemigos de los israelitas. En un determinado momento, Sansón se enamora de Dalila, una joven de gran belleza que no pertenece al pueblo de Israel. Dalila, sobornada por los filisteos, se propone averiguar el secreto de la fuerza de Sansón. Tras varios intentos fallidos, Dalila consigue con malas artes sonsacar a su amante el secreto de su fuerza: Sansón confiesa a Dalila que si le cortaran el pelo, quedaría indefenso como un niño. Sabiendo esto, Dalila aprovecha que Sansón está dormido para llamar a los filisteos, que le cortan el pelo  y lo apresan, sometiéndolo a múltiples torturas y humillaciones. Sin embargo, la victoria última no es de los filisteos, sino del Señor, ya que a Sansón vuelve a crecerle el pelo y logra derribar los muros de la ciudad donde lo torturaban, matando así a todos los filisteos.

El significado de este relato es misterioso, como lo es toda la Biblia, y seguramente los estudiosos podrían aportar muchísima luz sobre los matices y notas que se sugieren en este texto. A mí me parece que se inscribe dentro de la dramática historia de la relación de Dios con el hombre: relación dramática  desde Adán porque es un juego de libertades. Al fin y al cabo, Sansón, como muchas veces el pueblo de Israel, cae en manos de sus enemigos cuando olvida su vínculo con Dios (su pelo largo).

Lo que me ha llamado la atención es que el autor utilice un relato bíblico para hablar del amor, pues es signo de que, para él, la Historia Sagrada tiene que ver con su propia experiencia. Y en efecto, a mí me parece que la historia de Sansón y Dalila describe una dinámica que se puede experimentar hoy; no solo por la traición, habitualmente presente en las relaciones humanas. A mí me parece que la tentación de cortar el pelo al que amamos, esto es, la tentación de romper su vínculo con el Misterio para hacerlo más nuestro, es una constante en toda relación de amor. (También es constante el hecho de que la traición y la humillación no tienen la última palabra sobre la vida de uno.)  En fin, me parece que algo así quería decir Leonard Cohen con esta críptica letra. Estén atentos al resto del texto, porque aún dice más cosas profundas. Agradecería que dejaran  su reflexión. Sea como sea, espero que les guste.

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