Salvar al CSIC

En las últimas semanas ha saltado la alarma sobre la acuciante situación económica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) un organismo público de investigación que se financia fundamentalmente por el Estado. La partida destinada a este organismo de investigación, el más importante a nivel público en españa, dentro de los presupuesto del Estado viene disminuyendo de forma gradual en los últimos años y el CSIC tiene una deuda actual cifrada en 75 millones de euros con las concecuencias que acarrean este tipo de situaciones como la falta de pago a proveedores, las limitaciones a la hora de renovar el equipamiento científico,… Otra concecuencia grave puede ser que la empresa privada deje de colaborar con el CSIC.
Estos recortes en I+D+i aunque el dinero no lo es todo, tampoco en investigación, sin duda merman a los grupo de investigación y eso en el mundo científico cuesta mucho recuperarlo.
Dada esta situación no basta decir que lo resuelva el gobierno se deberían replantear algunas cuestiones sobre la gestión del CSIC. ¿Qué sentido tiene que el presidente del CSIC lo nombre el partido de turno en el poder? ¿por qué no se elige entre los directores de los centros?. Por otro lado, ¿es necesario que el portero, que el personal de mantenimiento o los auxiliares de laboratorio sean funcionarios públicos los cuales no se suelen caracterizar precisamente por su alta productividad?. Dentro del personal investigador encontramos gente muy competente y a la que realmente merece la pena financiar sus proyectos pero también tanto en el CSIC como en nuestras universidades hay investigadores sin apenas producción científica durante años ¿merece la pena mantenerlos solo por el hecho de que son funcionarios? ¿no habría que buscar fórmulas para subsanar estas situaciones?.
Otro aspecto a estudiar es el aprovechamiento de los recursos públicos. Para que nos podamos entender usando una analogía: Muchas veces en España los recuros públicos no están optimizados porque no hay una planificación a nivel nacional y así cada provincia egoistamente quiere tener “su aeropuerto”. Algo análogo a otra escala evidentemente sucede, a veces, en el CSIC. Los recursos públicos se podrían optimizar mejor en los centros lo cual pasa por un compromiso mayor a la hora de compartir los materiales e infrastructura disponibles.
Así que esta delicada situación es ocasión para ´purificar´ vicios pasado aparte esperemos que el gobierno tome medidas en el asunto y el CSIC sea rescatado como lo han sido otras entidades y que pueda tener una larga y fructífera vida. A no ser que los de la Ley de Memoria Histórica se empeñen en eliminar a este centro por su origen en el franquismo.