Retratos

Huboun momento en el que el presidente del Gobierno se quedó mirando a los ojos delautor de El jardín de los frailes, como si buscara en el óleo comprensión. De hecholuego habló de la soledad de los presidentes. La foto bien puede serconsiderada como el balance gráfico deesa herencia de la que tanto se habla estos días. Lo que cuenta no es laidentificación de Zapatero y Azaña sino el haber construido una suerte de vidasparalelas de Azaña y Suárez. La familia del último no quiso asistir al acto,con lo que mostró su buen criterio. Según el presidente, con esos dos retratos"se estaba haciendo justicia a la memoria histórica". Justicia que en realidad es una tergiversaciónque equipara dos cosas muy diferentes. La transición española, que tuvo aSuárez como protagonista, fue precisamente un esfuerzo para corregir loserrores de la II República. Los errores fundacionales, en los que Azaña tuvoparte, y que se plasmaron en laConstitución del 31. Y los errores de su presidencia que no quiso moderar los radicalismosy que podría haber evitado hasta casi el último día la guerra si la hubierasido ejercido con más decisión y más claridad. La regulación electoral o lalaicidad positiva de la Constitución del 78 son ejemplos claros de unatransición que supo distanciarse de las equivocaciones del pasado para refundarla democracia.
Enla última sesión de control, Rajoy señaló las sietelecciones que se pueden sacar del legado envenenado de los últimos cuatro años.Lecciones para gobernar en tiempos de crisis. Era el momento de hablar deeconomía. Pero sería contraproducente minusvalorar la semilla de la discordiaque se ha sembrado en el último período. Parece una mera cuestiónhistoriográfica pero afecta a la raíz de nuestra convivencia. Leccióntransversal.
LaRazón