Renzi se mantiene desafiante y crítico con la Canciller Merkel
Parece ser que Renzi llegó a Alemania con la escopeta más que cargada. Ya antes de ver a su homónima germana, declaró lo siguiente al prestigioso diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung: ´Si tratamos de buscar una estrategia europea para resolver la cuestión de los refugiados, no puede ser suficiente con que Angela llame a Hollande, más tarde al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y yo me entere por los periodistas´. Y añadió: ´Estaría muy agradecido si Angela y Francçois pudieran solucionar los problemas solos, pero la mayor parte de las veces no es así´.
Claro que también Merkel tenía algún que otro reproche para el Gobierno italiano, como el excesivo tiempo que se tomaba para poner en marcha los centros de registro de refugiados, pero a Renzi le faltó tiempo para recordar el tiempo que su país había estando luchando en solitario contra la inmigración. Eso sí, en una cosa ambos estuvieron totalmente de acuerdo, y fue en defender al espacio Schengen, sobre el que el Primer Ministro italiano dijo: ´Si Europa renuncia a Schengen, Europa renuncia a sí misma´.
Aunque Renzi puede tener razón al considerar que Italia, como tercera economía de la eurozona y en su condición de ´país fundador´, se le debe tener más en cuenta, también debe hacer muestra de una mayor prudencia. Porque, si comparamos los datos económicos de un país y otro, aunque es cierto que Alemania está en leve descenso e Italia en claro ascenso, las cifras siguen siendo muy contundentes: mientras Italia tiene aún una tasa de paro del 11.3%, la de Alemania es casi un tercio de esta (un 4.5%); mientras la deuda pública de Italia representa el 132.3% de su PIB nacional, en Alemania se queda en poco más de la mitad, concretamente en el 74.9%; y mientras el PIB italiano creció en 2015 un 0.8%, en Alemania alcanzó el 1.7% (es decir, más del doble), todo ello sin olvidar que, mientras Italia estuvo en recesión (años 2012, 2013 y 2014), Alemania sumó en esos 3 años un total de 2.3% de crecimiento del PIB. Todo ello sin olvidar que la última vez que Italia estuvo por encima de los 3 puntos de crecimiento en un solo año fue en 2000, frente a una Alemania que ha logrado estas cifras hasta en cuatro años diferentes (incluso un año, 2010, llegó a crecer un 4.1%). No resulta de extrañar, por tanto, que el bono de referencia para la prima de riesgo sea el alemán, mientras los italianos no logran bajar de los 100 puntos porcentuales.
Por todo ello, parece lógico que Renzi exija a la Canciller Merkel mayor importancia a su país, y más aún teniendo en cuenta el ascenso de los populismos en el sur de Europa (donde Grecia y Portugal están gobernadas por la extrema izquierda, en el primer caso, y por una izquierda dura, en el segundo). Y, sobre todo, que haga lo posible por estimular el crecimiento de las economías más débiles para que la Unión Europea se encuentre cada vez más cohesionada.