Renzi pasa el difícil trámite del Senado
Al final no se produjo fuga de votos dentro del Partido Democrático y a los previsibles apoyos de los parlamentarios cuyas fuerzas apoyan el Gobierno (Partido Democrático, Nuovo Centrodestra y Scelta Civica) se unieron los votos de pequeñas formaciones, como las pertenecientes al Grupo Parlamentario Per le Autonomie y algunos votos sueltos de otros grupos. De esta manera, se configura, como en el caso del Gobierno Letta, un tripartito que gobierna y también un tripartito de oposición, que son Forza Italia-Il Popolo della Libertà (el partido de Sivio Berlusconi), el Movimiento Cinque Stelle (Beppe Grillo) y la Liga Norte. Por tanto, con los 147 senadores que suman las fuerzas que apoyan al gobierno, serán necesarios siempre un mínimo de catorce votos de otras formaciones para sacar adelante las votaciones, lo que creo que no resultará nada fácil. Porque una cosa era votar la confianza al Primer Ministro y su Gobierno, y otra apoyar sus iniciativas legislativas: en el primer caso, lo que estaba en juego era el prestigio del Presidente Napolitano, mientras que lo segundo será un problema estrictamente de Renzi.
Da la impresión de momento que entre una parte de la clase política no ha gustado nada la manera de actuar de Renzi con respecto a un compañero de partido (Enrico Letta) que parecía gozar de bastante respeto entre las diferentes fuerzas políticas. Además, muchos no ocultan su escepticismo ni ante Renzi ni ante su Gobierno: una parte importante de los nuevos ministros apenas tienen bagaje político, comenzando por el propio Renzi, que nunca ha sido ni ministro, ni diputado ni senador. No le niegan sus ganas de hacer cosas, pero a veces sus discursos parecen faltos de realismo, recuerdan a los de Berlusconi en su momento con la diferencia de que ya nadie cree esas palabras ilusionantes.
Tras pasar hoy, en principio, sin problemas el trámite de la Cámara de Diputados, Renzi deberá comenzar a aplicar su muy ambicioso programa. En realidad, su gran reto será que su Gobierno llegue con vida hasta finales de junio, porque la presidencia italiana de la Unión Europea en el segundo semestre le aseguraría entonces su continuidad hasta el año 2015. Pero en la política italiana cuatro meses son un mundo, y más con un Renzi que inicia su andadura con una buena colección de detractores aunque también tenga más de un partidario. Veamos lo que es capaz de dar de sí este joven político toscano.