Renzi intenta jugar la baza del voto femenino de cara al ´referendum´
Aunque Renzi nunca ha llegado a separarse formalmente de la persona con la que se casó en 1999 y con la que tuvo tres hijos (Francesco, de 14 años; Emanuele, de 12; y Ester, de 9), lo cierto es que cuando Renzi formó Gobierno el 22 de febrero de 2014, Landese le dejó claro que, durara lo que durara su mandato, ella se quedaba en la ciudad natal de ambos, Florencia, con sus tres hijos. Landese tenía poderosas razones para ello: además de no querer mover de casa a sus hijos y tener su propio trabajo a las afueras de Florencia (es Profesora de Literatura y Latín en el liceo Giuseppe Peano de Bagno a Ripoli, un pueblo de 25.000 habitantes en la provincia de Florencia), Landese sabía que podía resultar inútil un esfuerzo de adaptación a la vida de Roma cuando su marido podía estar de nuevo en casa para el inicio del curso 2014-15, teniendo en cuenta que Renzi no conocía la política nacional (no había sido ni ministro ni diputado ni senador) y que se había convertido en Primer Ministro no por una victoria electoral, sino por el apoyo del entonces Presidente de la República, Giorgio Napolitano.
Así, en un mes donde la mitad de los gobiernos han durado menos de un año, Landese prefirió quedarse en Florencia a la espera de que su marido retornara tras su mandato como Primer Ministro. Sin embargo, para sorpresa de todos, Renzi no sólo fue capaz de superar la prueba del primer año, sino que en este momento se encamina hacia el final de su tercer año de mandato, siendo su Gobierno superado en tiempo solo por los de Berlusconi (el de 2001-05 y el de 2008-11), y el de Bettino Craxi (1983-86). Pero, a pesar de que su liderazgo está más que consolidado, el día 4 de diciembre Renzi se puede ver fuera del Gobierno, toda vez que puede perder el ´referendum´ y que afirmó que dimitiría si lo perdía, aunque luego ha matizado esta posición sin dejar muy claro qué tiene pensado realmente hacer.
El ´referendum´ es fundamental para el futuro de Italia, ya que pretende acabar con un supuesto ´bicameralismo perfecto´ que ha sumido al país en la más absoluta ingobernabilidad. Sin embargo, se ha encontrado con la radical oposición de todo el arco parlamentario (Forza Italia, Movimento Cinque Stelle, Fratelli d´Italia, Lega Nord, etc.) y, como era de esperar, también con la del sector crítico de su partido (encabezado por D´Alema, Bersani y Bindy). Por otra parte, Renzi acusa el desgaste en el poder y también su llamativo estilo de gobernar, que ha llevado a que algunos le califiquen de arrogante y autoritario, además de realizar numerosas promesas que nunca llegan a convertirse en realidad.
Así que, para contrarrestar esta imagen, Renzi se está dejando ver cada vez más con su mujer Agnese, que aparenta ser todo lo contrario: normal, sencilla y, sobre todo, nada arrogante. Además, es una católica prácticante (con hermano sacerdote incluido) y una vocacional madre de sus tres hijos. Por último, posee una buena presencia física, presencia que ha ganado valor desde que le viste el prestigioso diseñador italiano Ermanno Scervino. Así que a la mujer de Renzi, que hasta el momento había estado siempre un paso por detrás de su marido, comienza a vérsele en todo tipo de actos benéficos, o visitando de manera privada a las personas que han sufrido los devastadores efectos de los últimos terremotos en el centro del país. Es más, por primera vez en seis años, acompañó a su marido a la ´Leopolda´, la antigua estación de tren de Florencia donde Matteo Renzi reúne cada año a sus fieles con el fin de debatir sobre programas e ideas. Y es que Renzi tiene presente lo que le dijo Barack Obama hace unas semanas: ´Agnese puede ser determinante para tu batalla por el referendum sobre las reformas y el cambio. También para mí el apoyo de Michelle ha sido decisivo en numerosas ocasiones´. El tiempo lo dirá, pero por intentarlo que no falte, pensará Renzi.