Renzi, de líder del Partido Democrático a referencia dentro de la Unión Europea
Parece claro que si hay algo que ha dado un auténtico espaldarazo a la carrera política de Matteo Renzi ha sido su contundente triunfo en las elecciones europeas: aunque se trata de unos comicios que siempre deben ser mirados de reojo por su particular naturaleza, lo cierto es que el Primer Ministro logró un porcentaje de votos (superior al 40%) que sólo se había visto en los mejores tiempos de la Democracia Cristiana. Es cierto es que Renzi se había quedado sin rivales, con un Berlusconi expulsado del Parlamento y con un Grillo cada vez más desacreditado, pero también lo es que los italianos quisieron premiar el decidido impulso reformista del que había hecho gala Matteo Renzi desde el primer día en que se puso al frente del Gobierno italiano.
Frente a todo ello, la izquierda europea vivió un auténtico descalabro. En Alemania Merkel consiguió mantener su ventaja sobre los socialdemócratas, en el Reino Unido los laboristas de Ed Miliband han demostrado estar todavía ´muy verdes´ y en Francia el presidente Hollande se ha quedado con un paupérrimo 14% de los votos, por detrás de la ultraderecha de Marine Le Pen y de una derecha que sigue todavía sin líder tras la marcha de Nicolás Sarkozy.
Pero es que además la cerrada posición de los británicos con respecto a la candidatura de Jean-Claude Juncker para la presidencia de la Comisión Europea ha obligado a Merkel a buscar el apoyo de Italia, que ahora se convierte en aliado clave para que Juncker sea finalmente el elegido. Sin embargo, como es de esperar, Renzi está poniendo precio a su apoyo, y ya ha solicitado no relajar las condiciones de las políticas de estabilidad presupuestaria, pero sí alargar los plazos. De ahí que se reuniera este fin de semana con Hollande para buscar una posición conjunta al respecto. No olvidemos que Renzi sigue teniendo los mismos problemas que hace unos meses: un frágil apoyo parlamentario, un crecimiento muy débil del PIB y una descomunal deuda nacional. Y a todas estas sigue sin haber nueva ley electoral, por si las cosas se tuercen.
En todo caso, Renzi es un líder del gusto de quien manda en la Unión Europea (que no es otra que Angela Merkel), porque reduce el gasto público y baja los impuestos (políticas consideradas tradicionalmente de derechas), y la socialdemocracia, por otra parte, no tiene más remedio que buscarle permanentemente, porque en Francia, España y Reino Unido sufren una clara crisis de liderazgo, que es precisamente lo que en este momento Matteo Renzi parece poder aportar. Veremos, eso sí, hasta qué punto sus reivindicaciones son aceptadas.