Reflexión ética de un senador. Vida y política
Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, abre una reflexión de gran calado e interés sobre la posición ética que debe o puede adoptar un militante del partido de gobierno en relación a la retirada del anteproyecto de Ley del Concebido y de los Derechos de la mujer embarazada.
Delimitar la responsabilidad de decisiones políticas como ésta no es sencillo pues seguro que confluyen muchos factores e influencias que desconocemos. Sí es cierto que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, asume una clara y mayor responsabilidad personal. El Consejo de Ministros no parece haber tenido conocimiento previo de esta decisión, tampoco los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado y, por lo que se sabe, ni siquiera el Partido Popular. Dicho esto, entiendo que hay responsabilidades ineludibles por parte del resto de miembros del Consejo de Ministros, así como por los diputados y senadores que tenemos que tomar una decisión legislativa al respecto. No es comparable nuestra responsabilidad con la de un concejal, alcalde o presidente de Comunidad Autónoma, aunque todos ellos, por pertenecer a nuestro partido pueden y deben influir en función de aquello que consideren conveniente en esta materia.
La postura sobre el aborto en nuestro país y por extensión la del partido popular está muy condicionada, tal como se ha comprobado, por las tendencias sociales en la actualidad. En esta materia de suma importancia las encuestas demoscópicas no deberían afectar tan de lleno en una decisión de este calado. No negaré, conociendo al presidente Rajoy, que ha habido otras consideraciones de peso a la hora de abandonar el anteproyecto mentado. Sería conveniente, en aras a la transparencia, que pudieran explicarse y conocerse. En cualquier caso, la responsabilidad puede verse atenuada pero nunca exonerada. Estamos hablando de vidas humanas. Nuestra responsabilidad debe centrarse, además de en una reforma clara que realmente proteja la vida del no nacido (y no solo en cuestiones cosméticas), en el apoyo a esos miles de mujeres que atraviesan el drama del aborto, quizá solas, sin apoyo, sin soporte, sin comprensión, una carencia que no hemos sabido transmitir a la hora de abordar la necesaria reforma de la legislación actual. Protegiendo a la madre, protegemos al niño.
Estos días se escuchan, dentro de mi partido, expresiones como que esta responsabilidad es exclusiva de las mujeres que van a abortar. Supino desconocimiento de una realidad compleja al afectar a la falta de apoyo familiar, del padre, empleadores… y también al gobierno y legisladores. Creo en la transversalidad de la defensa de la vida. He tenido la oportunidad, durante estos últimos años, de conocer a un sinfín de personas en el ámbito político que defiende la vida del no nacido desde posiciones ideológicas muy dispares. Diputados del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, parlamentarios que dan su apoyo al gobierno sandinista de Nicaragua, congresistas americanos del partido demócrata y del partido republicano, miembros de la cámara de los lores y de los comunes socialistas, liberales, conservadores…
Considero que la responsabilidad de un político comprometido con la causa provida es continuar trabajando decididamente. Exponía el ministro Gallardón que no había sido capaz de convencer con su propuesta y que por ese motivo renunciaba al cargo. Creo que esa decisión le honra por su valentía y porque había llegado a un punto que quizá no tenía retorno. Se ha perdido una batalla pero no la guerra. Una guerra que durará quizá años pero que estoy seguro que terminara ganando la razón en base a la naturaleza del hombre y a la propia vida. A lo largo de la historia de la humanidad, se han superado otras situaciones denigrantes para el ser humano y estoy plenamente convencido de que el aborto llegará a abolirse de igual forma que lo fue la esclavitud.
Desde estas líneas quisiera invitar a todas las personas que, en el ámbito de la política, en la sociedad civil, el mundo de las ayudas sociales, la cultura, el deporte, empresarios… creen en la necesidad de mejorar continuamente nuestra sociedad, sumen sus esfuerzos en pro de la causa. En el caso de los políticos creo que todos nosotros tenemos legitimidad y obligación para continuar trabajando desde dentro de nuestros partidos como podrá hacerlo desde otros ámbitos. En todo caso, tenemos la grave responsabilidad de dar testimonio público de nuestro compromiso por la vida y actuar en conciencia, no abdicar de nuestra responsabilidad. Cómo hacerlo será una decisión personal de cada uno de nosotros. Libertad personal y responsabilidad personal ante el juicio de Dios, de los hombres y de la Historia.