Qué poco valor le da esta sociedad a la vida
Desde que entró en vigor la ley Integral de Violencia de Género, que el Ejecutivo de Zapatero puso en marcha en diciembre del 2004, no sólo ha mostrado ineficacia, para atacar el goteo continuo de mujeres asesinadas, sino que las cifras se disparan.
Una sociedad que no valore el sacrificio y el servicio a los demás como elementos esenciales de formación personal, será también una sociedad abocada a la violencia y la intolerancia. Así, mientras vivamos en la ignorancia de las causas profundas de tantas violencias sociales, bien poco podrá hacerse con medidas represivas, aunque éstas sean también necesarias.
Olvidar o no querer reconocer que la familia, el matrimonio, es la base de la sociedad y, que a la mujer, al marido, a la persona, hay que quererla con sus defectos, -porque el otro también los tiene-. No, es que yo quiera sus defectos, pero le quiero y, cuando el amor es total, se busca el dialogo, se llega al perdón. Mientras esto no ocurra y, no reconozcamos la grandeza que Dios ha puesto en la unión de los esposos, ni las leyes, ni el aumento de policías y juzgados, será eficaz para erradicar con esta lacra.