¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? Genética y naturaleza humana a los ojos de Jérôme Lejeune

 

Lejeune “se gastó y se desgastó” en la investigación y en la vida pública para intentar ayudarlos y comprender el modo de curar aquel síndrome -tildado de "mongolismo" en la Francia de su tiempo- que era signo de rechazo y vergüenza. 

Birthe Lejeune recordó la persecución que sufrió Lejeune, desde fuera y dentro de la Iglesia. "Muchos científicos le apartaron de multitud de congresos y le alejaron de la escena pública". Sin embargo, la amistad que mantuvo con el Papa Juan Pablo II, “inesperada e intensísima”, se convirtió para él en un apoyo incondicional y en una fuente de energía e inspiración. "Tras la muerte de Lejeune, Juan Pablo II quiso visitar su tumba aprovechando su presencia en la Jornada Mundial de la Juventud de París. Casi todos se lo quisieron impedir, pero él, desoyendo sus voces, quiso, por encima de cualquier otra cosa, visitar la tumba de su amigo". 

 

Ludovine de la Rochère, responsable de comunicación de la fundación J. Lejeune, destacó algunos de los rasgos más característicos del médico francés, del Siervo de Dios L. Lejeune. "Su vida estaba orientada hacia la búsqueda de un más allá que le superaba, y empleó todos sus esfuerzos para superar aquellos obstáculos que de algún modo le impedían alcanzarlo". Lejeune no era sólo un científico de talla internacional dedicado en cuerpo y alma a la investigación. Él mismo se definió como un "reparador de iconos". "A pesar de las peores heridas a los niños y a los hombres, la imagen siempre es la imagen, la semejanza es la semejanza con Dios", afirmó de la Rochère. 

Lejeune sabía perfectamente que "sus descubrimientos se han utilizado en los países occidentales para la eliminación casi sistemática de los bebés afectados por el síndrome de Down". Cuando su muerte se acercaba, “su corazón parecía desgarrarse por no haber podido ofrecer una cura definitiva para los niños a los que había amado durante toda su vida”, como la responsable de comunicación de la Fundación. De la Rochère recordó las palabras de Alexis, un niño con síndrome de Dawn, tras la muerte del médico: "Ahora que el profesor ha muerto, ¿quién me va a defender?". 

Finalmente, Mª Teresa López, Presidenta del Comité de Bioética de España, destacó "el papel esencial que Lejeune ha jugado en la defensa de la vida”. Según López, la calidad de vida y la dignidad muchas veces se confunden. “La vida humana es siempre digna, digna de ser vivida siempre, con independencia de la calidad técnica o material que se tenga en cada momento". 

 

La exposición que se podrá visitar en el EncuentroMadrid durante el fin de semana nos acerca a la vida de este hombre cuya investigación ha contribuido de un modo fundamental al desarrollo de la genética y al descubrimiento y tratamiento del síndrome de Down.

 

EncuentroMadrid se celebra hasta el domingo 17 de marzo en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid.