Entrevista a Adolfo Pérez Esquivel

Pueblos indígenas, otra herida en la democracia argentina

Mundo · Arturo Illia
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22 junio 2015
Durante más de tres meses han acampado en la centralísima Avenida 9 de Julio de Buenos Aires para protestar contra la opresión y la indiferencia del gobierno sobre su situación. El 29 de mayo, representantes de las 25 etnias originarias de Argentina, procedentes de 17 regiones del país, se reunieron en un congreso al final del cual una amplia delegación con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel a la cabeza, marcharon hacia la residencia presidencial de la Casa Rosada para pedir una reunión con Cristina Fernández de Kirchner. Lo que pasó lo cuenta el propio Esquivel, entrevistado en Buenos Aires.

Durante más de tres meses han acampado en la centralísima Avenida 9 de Julio de Buenos Aires para protestar contra la opresión y la indiferencia del gobierno sobre su situación. El 29 de mayo, representantes de las 25 etnias originarias de Argentina, procedentes de 17 regiones del país, se reunieron en un congreso al final del cual una amplia delegación con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel a la cabeza, marcharon hacia la residencia presidencial de la Casa Rosada para pedir una reunión con Cristina Fernández de Kirchner. Lo que pasó lo cuenta el propio Esquivel, entrevistado en Buenos Aires.

¿Cuáles son las razones de esta manifestación?

Desde hace muchos años las poblaciones originarias de Argentina luchan por preservar su cultura e identidad, y evitar se oprimidas o eliminadas en sus propios territorios por parte de empresas que se dedican a aprovechar los recursos de sus tierras. Años de peticiones a la autoridad tanto nacional como provincial para celebrar encuentros destinados a resolver estos problemas pero que no han obtenido respuesta alguna. Solo pedimos que se respete el párrafo 17 del artículo 75 de la ley nacional y de la declaración de la ONU sobre derechos de las poblaciones indígenas.

¿Qué ha sucedido estas últimas semanas?

Al llegar a la Plaza de Mayo nos encontramos con un núcleo operativo de la policía que había instalado barreras metálicas para impedirnos el acceso. Solo nos permitieron acercarnos a cinco de nosotros, y cuando pedimos ver a la presidenta nos prohibieron la entrada y nos pidieron que les pasáramos el documento que queríamos entregar a través de los barrotes. Después el jefe de gabinete de la presidenta, Aníbal Fernández, nos mandó a cinco empleados suyos para discutir con ellos, que tenían una clara actitud racista y que solo me permitieron entrar a mí, cosa a la que obviamente me negué. Ante tanto desprecio y falta de respeto, después de cuatro horas de espera, nos retiramos.

¿Pero los derechos humanos no eran uno de los puntos fuertes de los gobiernos kirchneristas desde 2003?

Este gobierno ha restringido los derechos humanos a la época de la dictadura, con algunos resultados evidentes, haciendo un uso partidista y dividiendo a las organizaciones que se dedican a esto. Es algo trágico, como el uso de una justicia dependiente del poder político, con el resultado de una represión contra los pueblos originarios. Cuando sus representantes protestan por la expropiación o destrucción de sus tierras, les encarcelan.

¿Entonces qué tipo de democracia es la argentina?

Democracia no es poder introducir un voto en una urna, significa derechos e igualdad para todos. Cosa que aquí no existe. Este gobierno opone a unos contra otros, no está abierto al diálogo. Cuando se llega a esto, hay que hablar de autoritarismo. La soberbia de quien gobierna Argentina no tiene límites. Durante los últimos festejos por el aniversario de la independencia, el 25 de mayo, los grandes ausentes fueron los patriotas que formaron esta nación y que, como Juan José Castelli, hablaban de una Argentina que devolviese la libertad y las tierras a los pueblos originarios. No como ahora, que se reduce el concepto de patria a un antes y un después de la llegada del kirchnerismo.

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