Primera sesión
Va ser muy difícil no decir algo. En las pocas semanas que Rajoy lleva en la Moncloa hay una fecha clave: el miércoles 25 de enero. El día en el que Gallardón explica que quiere reformar a fondo la Justicia, cambiar el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, aplicar la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el aborto. La opinión pública y los votantes del PP tienen a partir de ese momento la sensación de que el partido en el Gobierno no sólo ha llegado para hacer una gestión más o menos tecnocrática de la crisis. Luego el ministro Wert anunciará el cambio de Educación para la Ciudadanía; el ministro De Guindos le exigirá a los bancos y cajas provisiones para reconocer las minusvalías inmobiliarias y le bajará los sueldos a los directivos; y la ministra Mato dirá que le va a echar un vistazo a lo de vender la píldora del día después sin receta. Gobernar.
Si hasta el PSOE ha echado por la borda el zapaterismo este fin de semana, el Gobierno está en las mejores condiciones para hacer la transición laboral que está pendiente desde el franquismo, la que limite el poder sindical. Será, junto con la reforma educativa, su mejor servicio. La racha puede continuar.