Precariedad en el empleo 

España · Carmen Martínez
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15 mayo 2023
La temporalidad es un enorme cuello de botella para los jóvenes. La buena noticia es que los jóvenes que entran en el mercado laboral no bastan para atender la demanda de mano de obra.

No es fácil saber si esta generación vive peor o mejor que la de sus padres. Pero los estudios salariales muestran que antes del COVID, en términos relativos, los jóvenes ganaban menos que en los años 80. En 2019, la media  del salario mensual real de los jóvenes entre 18 y 35 años era menor que en 1980, con caídas que iban desde el 26% para aquellos con edades entre 30 y 34 años hasta el 50% para los de 18 a 20 años. No solo es problema de cuánto ganan sino de la estabilidad en el empleo de los jóvenes y de los no tan jóvenes.

No hay que explicar que de la estabilidad en el empleo dependen muchas cosas: poder meterse en una casa, animarse a tener hijos. La temporalidad es un enorme cuello de botella para los jóvenes.

Por eso parece que las últimas cifras del mercado de trabajo son una buena noticia. Si tomamos los datos de la EPA de finales del año pasado vemos que los contratos temporales han bajado.  La temporalidad se ha reducido  al pasar del 25,38% en 2021 al 17,93% en 2022. Entre 1985 y 2021, más del 90% de los contratos eran temporales. En el mercado de trabajo después del COVID están pasando cosas interesantes, muchos analistas dicen que nos estamos dado cuenta de que los jóvenes que entran en el mercado laboral no bastan para atender la demanda de mano de obra. Podría estar cambiando el panorama, y eso sería estupendo. Pero ojo que hay otra cosa que tener en cuenta. Desde la reforma laboral que hizo este Gobierno muchos de los contratos temporales se han convertido en contratos fijos discontinuos. Estos contratos se han multiplicado por nueve. ¿Eso que quiere decir? Que la precariedad del mercado de trabajo no ha desaparecido de la noche a la mañana. España genera casi los mismos puestos de trabajo fijos discontinuos que fijos ordinarios, es decir, a tiempo completo. Pongamos un ejemplo: los trabajadores del turismo antes tenían contratos temporales ahora han cambiado a fijos discontinuos. El turismo es estupendo y ya hemos visto lo que significa no tenerlo. Pero como dependemos del turismo, entre otras cosas, los contratos son más precarios.

 

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