¿Por qué no?

¿Seré raro por ser del equipode mi ciudad? No entiendo el fútbol sin tres factores que me han acompañadohasta hoy: mi padre, el Huesca y la radio.
Padre-hijo,progenitor-heredero o el acompañante perfecto frente a la tele o en el campopara ver fútbol.
La radio siempre estabapresente cuando limpiábamos el coche los domingos para saber quién ganaba operdía.
Con nueve años comencé a serun asiduo del Alcoraz. Hablar de la afición azulgrana es hablar de una familiaque, de repente, aumentó. Recuerdo al presidente de ese momento, también a laseñora que siempre llevaba el postre para que el equipo comiera al acabar elpartido, y a mis amigos con los que, en los descansos, aprovechábamos parajugar en la portería de los mayores.
En aquel momento en terceradivisión seríamos unos trescientos apasionados del fútbol y del Huesca los quecada domingo acudíamos al pequeño pero coqueto estadio oscense.
Actualmente, tres milpersonas acuden cada domingo al campo y yo, hasta he tenido la suerte de cantarlos goles para la radio local y nacional.
Llamadme romántico, perofuera de Madrid, Barcelona o Atlético, existen esos otros equipos que elaficionado de Tenerife, Ponferrada o Córdoba también estima. No seremos bichosraros quienes amamos nuestra tierra.
Pues sí pequeño, soy delHuesca. Y… ¿por qué no?