¿Por qué los musulmanes van al Meeting de Rímini?

España · Wael Farouq
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22 agosto 2018
¿Por qué los musulmanes van al Meeting de Rímini? ¿Qué buscan? ¿Puede haber un verdadero encuentro con ellos? Los europeos siguen huyendo de su pasado, pero los musulmanes en cambio siguen huyendo hacia su pasado. Entonces, ¿qué presente podrá reunirlos?

¿Por qué los musulmanes van al Meeting de Rímini? ¿Qué buscan? ¿Puede haber un verdadero encuentro con ellos? Los europeos siguen huyendo de su pasado, pero los musulmanes en cambio siguen huyendo hacia su pasado. Entonces, ¿qué presente podrá reunirlos?

Dos guerras mundiales han dejado en la conciencia europea una herida muy profunda que hace que cualquier intento por crear o definir un significado para la vida, para el ser humano, la sociedad o la historia, se perciba como una exclusión de todo lo que quede fuera de esa definición, y se cree que esa exclusión podría amenazar el pluralismo y llevarnos al infierno de la guerra y de la destrucción. Así cayeron las grandes narraciones: la religión, la ideología y por último la ciencia. Lejos de las grandes narraciones, cada uno de nosotros ha creado su pequeña narración, pero si no involucra a nadie más ya nace muerta. La única huella que puede dejar es algún que otro “like” o emoticono. Toda cualidad humana ya se ha cosificado y transformado en una serie de “signos” que no permiten que nuestra pequeña narración se haga grande, apresándola dentro de un modelo que se repite hasta el infinito.

Pero en el mundo islámico la subordinación política, económica y cultural que ha sustituido al colonialismo ha dejado en la conciencia una herida profunda que hace que cualquier intento por generar un significado para la vida sea visto como un refuerzo de la propia humillación cultural y una amenaza a la pureza de sus orígenes. De hecho, el retorno a los orígenes se ha convertido en la única opción posible ante el oleaje causado por el colonialismo salvaje y similares. De modo que “los orígenes” se convierten en la gran narración que engulle a las demás pequeñas narraciones, impidiéndoles generar un significado. ¿Pero cómo generar significado cuando todo lo que se hace es una eterna repetición de los míticos orígenes que están por encima de la realidad y de la historia?

Hoy, la civilización occidental se parece a un hombre que decide castrarse porque no quiere engendrar a un hijo malvado. La civilización islámica, en cambio, se parece a un hombre que mata a todos sus hijos que no se parecen a esos antepasados que él sin embargo no ha visto nunca. El mundo occidental se miente a sí mismo diciendo que no necesita hijos y que no le importa el futuro. El mundo islámico se miente a sí mismo pensando que parecerse a un antepasado ausente puede invertir la dirección del tiempo. El mundo occidental miente a los demás intentando convencerles de que sus nobles valores no tienen raíces ni historia. El mundo islámico miente a los demás intentando convencerles de que sus nobles valores siguen con vida y no son solo una máscara que oculta su decadencia moral y su degeneración humana.

Más allá de los cálculos de poder y de los intereses materiales, el encuentro entre estos dos mundos parece imposible. Pero el Meeting de Rímini desafía esta imposibilidad. En el Meeting, la pequeña narración es capaz de dar espacio a otros, porque allí existe una realidad que permite a la pequeña narración liberarse de cualquier forma de cerrazón y salir del reino de la abstracción. Esta pequeña narración es la experiencia humana de la persona, movida por el deseo de felicidad, verdad y belleza. Es el testimonio que –como dice don Giussani– no es posible sin un “tú”, sin otro.

El Meeting de Rímini es un testimonio que suscita otros testimonios. En lengua árabe, curiosamente, la palabra testimonio (shahada) deriva del verbo shahida, que indica la capacidad de ver más allá. Solo este tipo de mirada es capaz de generar un significado.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué cada vez más musulmanes van al Meeting de Rímini? Porque en Rímini se hace posible lo imposible: encontrar un espacio para uno mismo dentro de la gran narración humana. Ante el testimonio del Meeting, se despierta en ellos el deseo de felicidad. En Rímini, ellos dan el primer paso en el mundo real hacia el ideal al que aspiran.

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