¿Por qué la apuesta por el gas natural?

Mundo · Javier Serrano
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11 noviembre 2009
Hace tan sólo un par de décadas que el gas natural se convirtió en un combustible doméstico habitual en nuestras cocinas y calefacciones. Desde entonces, el desarrollo de la red, la liberalización del sector, los aprovisionamientos y la garantía de suministro han sido algunos de los episodios que han marcado la trayectoria de un combustible que ha conseguido importar a los analistas y expertos internacionales tanto o más que el petróleo.

El gas natural ha sido la palanca de transformación de nuestro país en los últimos 20 años. El desarrollo de la red gasista, en la década de los 90, mejoró casi todos los sectores productivos industriales, sustituyendo energías más contaminantes, como el  cock de petróleo, el fuelóleo o el gasóleo, y usando tecnologías más eficientes. Además, muchas industrias aprovecharon la regulación favorable invirtiendo en instalaciones de cogeneración para generar electricidad de forma deslocalizada aprovechando el calor generado para aplicarlo en sus procesos, contribuyendo así a una mayor eficiencia en el uso de la energía y, por lo tanto, a aminorar la compra de combustibles en el exterior.

El gas natural ha contribuido a la mejora de la calidad de vida aportando un gran confort en los hogares, ha extendido sus redes a los principales núcleos urbanos y a un gran número de municipios. No obstante, todavía quedan zonas donde las infraestructuras gasistas no han llegado y es necesario que los transportistas y distribuidores, apoyados por la administración, sigan esforzándose en realizar las canalizaciones necesarias para alcanzar al mayor número de hogares posibles.

A todo lo anterior habría que añadir que en esta última década el incremento de la capacidad de generación eléctrica se ha realizado invirtiendo en la tecnología de ciclo combinado que utiliza gas natural como combustible. Los motivos fundamentales de esta elección son: la mejora sustancial del rendimiento (más de un 60% mejor que otras alternativas tecnológicas), el menor impacto ambiental (un tercio menos de emisiones que otras tecnologías fósiles), su corto periodo de instalación (una media de 3-5 años) y una menor inversión por MW de potencia instalada. Pero, por lo que el ciclo combinado se ha hecho realmente imprescindible en el modelo energético español actual ha sido por su flexibilidad de utilización y velocidad de respuesta, que permite cubrir todos los huecos de generación que se producen cuando se reduce la producción de energía eólica por falta de viento o la fotovoltaica durante la punta de la noche. En la coyuntura actual, disponer de un parque de generación con una potencia relevante de ciclos combinados es la única alternativa factible de cara a garantizar la seguridad de suministro eléctrico en un panorama donde el objetivo del 2020 será tener más de un 40% de la energía consumida en el país con origen renovable.

El futuro del gas pasa, sin ninguna duda, por el desarrollo y potenciación de su uso como carburante en la automoción, que se va a favorecer con el objetivo de reducir la contaminación en las grandes ciudades europeas. Actualmente hay importantes flotas de autobuses de línea así como de camiones de recogida de basuras que utilizan el gas como combustible en ciudades como Madrid, Barcelona, Burgos, etc… Sin embargo, para que este uso del gas pueda despegar, es necesario establecer una red de estaciones de servicio que permitan realizar las cargas de gas natural a vehículos.

Garantía de suministro

Existe una gran preocupación en la opinión pública por la seguridad del suministro de gas, al ser un combustible que hay que importar desde otros países, algunos de ellos con relativa inestabilidad política. Como ejemplo de esto, el 41% del gas que se consume en Europa procede de Rusia, del que un 80% entra por Ucrania. Para minimizar este problema, se está favoreciendo la diversificación en los aprovisionamientos, el incremento de las conexiones de entrada y salida de gas, así como los almacenamientos subterráneos.

La situación de la diversidad de orígenes del gas en España es diferente. El desarrollo del gas en España ha sido posterior al europeo y esto ha favorecido la construcción de plantas de recepción de gas natural licuado (plantas de regasificación), que permiten que la entrada se produzca desde cualquier origen. En Europa existen 14 plantas en operación, de las que ocho se encuentran en la Península Ibérica.

En cuanto a las interconexiones de gas canalizado, el déficit actual mejorará sensiblemente gracias a la puesta en marcha del gasoducto MEDGAZ, que conectará el próximo año directamente Argelia con España a través del mar. Por otro lado, hace pocos días, se ha decidido por parte de las autoridades francesas y españolas aumentar la capacidad de interconexión anual con Francia en 4,1 bcm (aproximadamente el 10% de la demanda nacional), gracias a la apuesta firme que han realizado ocho operadores. Esta cantidad podría haber sido sensiblemente mayor si las autoridades francesas hubiesen reconocido la necesidad manifiesta en este proceso de incrementar el flujo España-Francia. Finalmente, se va a desarrollar tan sólo la interconexión por Larrau pero no por Irún-Biriatou. Queda para el año que viene la decisión del desarrollo del MIDCAT, que permitirá ampliar la interconexión con Francia aprovechando la llegada del gas de Argelia a través del gasoducto MEDGAZ, lo que posibilitará canalizar el gas argelino al resto de Europa.

También se está favoreciendo el desarrollo de los almacenamientos subterráneos, derivado de la  escasa implantación de estas infraestructuras en nuestro país, y donde  Enagas y Gas Natural están desarrollando estas complejas infraestructuras en Yela (Guadalajara), en el valle del Guadalquivir y Castor (Castellón). Esto va a permitir en el año 2012 superar el doble de la capacidad actual de almacenamiento.

La liberalización del sector del gas

Junto con Reino Unido, España es uno de los países pioneros en la liberalización del mercado del gas, de forma muy acelerada sobre el resto de países de la UE, favoreciendo de esta forma la entrada de nuevos operadores en el sistema gasista. Actualmente hay cerca de 20 operadores de gas con presencia en todos los mercados, el doméstico, industrial, eléctrico, y participando muy activamente en las subastas de gas para llenado de infraestructuras, tarifa de último recurso, etc.

Se reconoce ampliamente el éxito de la liberalización del sector en España, sobre todo porque esto no ha sido así en otros países de nuestro entorno europeo, lo que origina un claro desequilibrio perjudicando los intereses de determinados operadores que no pueden competir en igualdad de condiciones en otros países de su entorno.

En nuestro país, la liberalización del sector empezó en el año 2000 y actualmente ya se ha completado. Tan sólo los consumidores domésticos pueden acceder a la llamada tarifa de último recurso. Se trata de una tarifa regulada, aunque el suministro se realiza por un comercializador de mercado libre utilizando parte del gas procedente de subastas.

Aprovisionamientos

El gas está concentrado en pocas manos. Los suministradores europeos son fundamentalmente Gazprom (Rusia), Sonatrach (Argelia), Qatargas (Qatar), Statoil (Noruega),  NLNG (Nigeria) y Egipto. Son empresas controladas por los gobiernos locales, creándose la percepción de que el mercado está descompensado desde este punto de vista.

Todos recordamos los problemas de tránsito de gas ruso a través de Ucrania hacia Europa el pasado mes de enero. En la televisión pudimos ver imágenes impactantes de frío en países del Este que generaron una gran preocupación en las grandes potencias europeas como Francia, Alemania e Italia.

Como ya anticipábamos antes, la Península Ibérica, a diferencia del resto de Europa, cuyo suministro se realiza a través de gasoductos internacionales que unen la demanda con el productor, ha tenido un desarrollo basado en el gas licuado transportado por barco; esto le hace estar más expuesta a la volatilidad de los precios internaciones, pero garantiza el suministro, al poder introducir gases de todo el mundo. Por ello es muy importante que los reguladores europeos favorezcan la interconexión entre todos los países, así como la construcción de plantas de regasificación, de forma que se reduzca la actual dependencia de los principales aprovisionadores.

Generación

La única alternativa real a la producción de energía eléctrica a través del viento son los ciclos combinados de gas. Estas centrales térmicas son capaces de realizar rampas, paradas y acoplamientos a gran velocidad, lo que permite cubrir los huecos de generación eólica y fotovoltaica. Hay que ser conscientes de que la energía eólica tiene dos problemas fundamentales: es muy costosa y es imprevisible a varios días vista. Esto obliga a tener centrales de ciclo combinado disponibles para entrar en funcionamiento en cualquier momento. Es por esto por lo que se precisan avances regulatorios que permitan adaptar el uso de las centrales de ciclo combinado como cobertura de la generación eólica y reconocer el coste de estos servicios.

Actualmente se está reduciendo el hueco térmico para la generación con ciclos combinados por varios motivos. Los más importantes son la reducción de la demanda energética por efecto de la crisis, la promoción de las energías llamadas "verdes" que se están potenciando por decisiones ajenas a la mera eficiencia energética y la más que probable obligación del consumo de carbón nacional para proteger este sector. Esta reducción del consumo de gas está poniendo en peligro los contratos de suministro de gas natural con los aprovisionadores, sujetos a cláusulas de take or pay (lo cojo o lo pago) impuestas por los grandes oligopolios de producción.

En resumen, el gas natural es una fuente de energía poco contaminante que está proporcionando gran confort a los hogares y desarrollo a las industrias. Se está favoreciendo la diversificación de los suministros, las conexiones internacionales y los almacenamientos subterráneos. Por último, la generación con ciclos combinados se está haciendo imprescindible como cobertura a la generación eólica.

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