¡Pobres pobres!
¡Pobres pobres! ¡Vaya ´abogadetes´ que les han salido! ¡Vaya defensores! En vez de apostar por una enseñanza que convierta a los hijos de los pobres en unos hombres de provecho, se obstinan en continuar con unas leyes educativas generadoras de ´señoritos´, que en vez de formarles en la disciplina, esfuerzo y otras virtudes, insisten en lo lúdico, el relajo o el placer. Con lo cual se ´fabrican´ personas irresponsables, desobedientes o blanditas.
Por eso no es de extrañar que uno se encuentre por doquier a muchos jóvenes extranjeros trabajando, mientras que otros muchos españolitos de su misma edad se dedican a pasear al perro de la abuelita. Y piden que se les den becas sin exigirles casi nada a cambio, con lo cual lo que se consigue es que sigan y sigan en esa ´fábrica de parados´ que es la universidad y cuando salen, o abandonan, no pueden competir con otros universitarios mejor preparados ni con esos jóvenes extranjeros que ya tienen bastante experiencia en el trabajo manual. Y ahí tienes a más de un pobre padre viendo, y sufriendo, cómo su hijo de veintitantos años se levanta a las tantas de la mañana y se tira las tardes tumbado en el sofá viendo la tele o jugando a la play station.
Y de nuevo aparecerán los citados ´abogadetes´, que son los principales causantes de la mala formación de esos jóvenes, ofreciéndoles ´argumentos´ o demagogias para que sigan echando la culpa de su situación a quienes menos culpa tienen. Ya sé que hay jóvenes muy bien formados y que, a pesar de que no les importaría desempeñar trabajos considerados (no entiendo por qué) de menor categoría, están parados; pero son minoría. Que me perdonen, pero me parece que es necesario hablar con claridad. A la mayoría les tendrían que pedir perdón sus ´abogadetes´, no yo.