´Pastor tiene capacidad de diálogo´
Francisco Igea lo tiene claro, si hay terceras elecciones se retira de la política. El diputado de Ciudadanos por Valladolid se molesta cuando se identifica a los católicos con la derecha. Es médico, especialista en aparato digestivo, está convencido de que la financiación de la Sanidad puede mejorar con otro modelo autonómico con mejor gestión y con más transparencia.
¿Por qué Ciudadanos se ha decidido a votar a Ana Pastor como presidenta del Congreso?
Ciudadanos ha llegado a un acuerdo porque era necesario desbloquear el inicio de la legislatura y el primer paso es la constitución de la mesa. En esta ocasión, como en la pasada; creíamos imprescindible que la mesa fuera plural y que nadie contase con posibilidad de bloquear el acceso al parlamento de la agenda de regeneración. Para ello era imprescindible que nuestra presencia tuviese poder decisorio entre izquierdas y derechas. Intentamos un pacto a tres, como en la pasada legislatura, pero sin éxito, con lo que nos vimos abocados a optar por asegurar nuestra presencia y nuestra capacidad de influencia en la legislatura. Ana Pastor reunía las condiciones mínimas que exigíamos a cualquier presidente del congreso: ausencia de implicación en casos de corrupción, perfil institucional y no de partido, y capacidad de dialogo.
Ana Pastor fue ministra de Sanidad. ¿Qué valoración hace de su gestión?
Teniendo en cuenta los ministros (y ministras) que han pasado por sanidad Ana Pastor ha sido una de las pocas con conocimientos sobre la materia, capacidad de gestión y diálogo. No dejó mal recuerdo y su mandato estuvo exento de polémicas mayores.
¿Qué haría falta para que Ciudadanos pasara de una abstención a un sí en la investidura?
En estos momentos es muy difícil que se dé ese paso. El Partido Popular ha colocado a su líder por encima de cualquier interés general y eso hace prácticamente imposible apoyar explícitamente un gobierno del PP. Hemos repetido hasta la extenuación que no entraríamos en ningún gobierno que no incluyese equipos nuevos, acuerdos amplios (que incluyesen al PSOE) y sobre todo una agenda regeneradora claramente definida. Ninguna de estas circunstancias se da en la actualidad. Nuestro gesto de abstenernos es un gesto de responsabilidad para que no se bloquee nuevamente la legislatura. Este gesto nos ha costado numerosas críticas y recelos dentro de nuestro propio electorado, pero lo hemos asumido como parte de la obligación que tenemos de colocar el interés de todos delante del nuestro. Solo pedimos que los partidos mayoritarios asuman también su cuota de responsabilidad y consigamos, entre todos, no solo nosotros, echar a andar la legislatura.
¿Cuáles son las grandes urgencias de política sanitaria en este momento?
La equidad en el acceso a los tratamientos (es insoportable el grado de diferencias entre ciudadanos de un mismo país), lograr detener el deterioro en la financiación con un nuevo marco de financiación autonómica y cambios sustanciales en la política de farmacia, recuperar un trato digno a nuestros profesionales y establecer herramientas de medida y transparencia en todo el sistema que nos permitan de verdad conocer el funcionamiento y la calidad de nuestros servicios sanitarios. Para todo ello es imprescindible contar con todos los actores y especialmente dotar de capacidad de interlocución a las asociaciones de pacientes y a las sociedades científicas.
El gasto sanitario es uno de los principales gastos de las Comunidades Autónomas. Y parece que las Comunidades Autónomas tienen que reducir su déficit. ¿Se puede racionalizar el gasto sanitario sin recortes?
Existe mucho margen de mejora en la gestión del sistema. Se han tomado medidas muy ineficientes y se ha seguido en muchos casos una política de grandes obras de cara a la galería. Despolitizar la gestión y establecer la rendición de cuentas como herramienta básica en la toma de decisiones es fundamental.