Obama y la bendición

En mi opinión, sin embargo, la parte más interesante del discurso se ha ignorado completamente por el enfoque ideológico que domina el debate. Me ha llamado la atención la conclusión de su intervención cuando el presidente parecía sinceramente conmovido por la ceremonia de "bendición de la flota" en medio de los trágicos acontecimientos.
El presidente ha dicho: "cada año, al comienzo de la temporada de cangrejos , los pescadores locales participan en un evento tradicional que fue importado hace muchos años por los pescadores que emigraron de Europa. Se llama la bendición de la flota, y hoy es una fiesta en la que sacerdotes de varias religiones rezan una oración por la seguridad y el éxito de esos hombres y mujeres que pronto navegarán por el mar, algunos de ellos durante semanas".
Esta bendición se llevó a cabo, dijo el presidente, en tiempo de buena y mala suerte, después del huracán Katrina o el comienzo de la temporada de pesca. Obama citó a un sacerdote, un antiguo pescador que dijo que el propósito de la bendición "no es que Dios haya prometido eliminar todos los obstáculos y peligros. La bendición es que Él está siempre con nosotros, una bendición asegurada cuando estás en medio de la tormenta".
El presidente Obama ha visto en esta tradición algo de la "fuerza y la resistencia americana, y nuestra fe inquebrantable de que algo mejor nos espera si tenemos coraje para tratar de atraparlo". Después invitó a rezar: "recemos por la gente el Golfo. Y recemos para que una mano nos guíe a través de la tormenta hacia un día más brillante".
Como escribió mi amigo Michael Sean Winters en su blog del National Catholic Newspaper, es una pena que no hubiese alguien dispuesto a responder a la obvia sorpresa del presidente y le ayudara a comprender el ideal de la fe católica y la cultura que dio lugar a dicha tradición. La bendición de la flota puede ser un gesto ecuménico e interreligioso, pero la compresión del contenido y la finalidad de la bendición para los católicos no es lo mismo que para los demás.
En primer lugar, lo más importante de todo, es que la bendición no es simplemente una oración de los presentes, sino un acto de la Iglesia. La ceremonia está explícitamente ligada a la liturgia de la Iglesia, especialmente el sacramento de la Eucaristía. De hecho, se lleva a cabo de acuerdo con un rito oficial a fin de indicar la conexión con la liturgia de la Iglesia y para evitar confusiones.
En segundo lugar, la magnitud de la bendición -es decir, lo que se considera bendecido- en el mundo católico va más allá de los propios pescadores y sus familias. Se extiende también a los barcos y al mar mismo, con sus diferentes tipos de peces, camarones, cangrejos y langostas. He participado en estas celebraciones dos veces, una en la costa norte de España y la otra en la bahía de Chesapeake en el sur de Maryland. En ambos casos, una estatua de la Santísima Virgen María fue el instrumento de bendición. En España, la estatua fue sumergida infinidad de veces. La idea es siempre hacer hincapié en que el fundamento de la bendición está en la Iglesia y que se extiende hacia el mar y sus habitantes a tocar la estatua de una mujer en la que se ha encarnado el Hijo de Dios. En definitiva la bendición proclama la verdad Encarnación y el señorío de Cristo sobre toda la creación, y afirma al hombre como la voz de todo lo que existe, como conciencia de todas las criaturas.
Por último, pero importante. La ceremonia de bendición es seguida de un delicioso almuerzo en el que se disfruta del sabor de las criaturas submarinas -en señal de gratitud, por supuesto.
Sería interesante ver cómo el presidente Obama reaccionaría si pudiera participar en algo así. Si le ayudara a entender lo que significa una cultura de la vida y de la responsabilidad con el medio ambiente.