Noticias confusas desde Occidente mientras Assad reconquista Deir Ez Zor

Las potencias occidentales, los países del Golfo y Turquía han aceptado recientemente la idea de que Assad tenga un papel en el futuro de Siria. De hecho, excepto Israel, los principales protagonistas de la guerra siria han aceptado el fracaso total de sus políticas más agresivas.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura, ha enviado un mensaje muy claro: “La oposición siria debe aceptar que no ha vencido” (Reuters). Este anuncio llegó justo después de la noticia de la ruptura del asedio de la ciudad de Deir Ez Zor. La veloz progresión del ejército sirio el 5 de septiembre permitió romper mucho antes de lo previsto el aislamiento de la ciudad. Este acontecimiento –literalmente silenciado por los medios– fue recibido en Deir Ez Zor y en toda Siria con alegría. El alivio de la gente por la llegada de los primeros víveres y medicinas fue incontenible. La liberación de Deir Ez Zor y de Siria en el sector del Eúfrates ha sido una operación compleja, posible gracias a la aportación decisiva de la aviación rusa y siria. Ahora queda la batalla urbana, la más insidiosa. El Isis todavía detenta la parte meridional de la ciudad y la zona que rodea el aeropuerto.

Mientras para los sirios esta victoria es fuente de orgullo y esperanza, para Occidente representa el fracaso del motivo por el que comenzó esta guerra, es decir, el objetivo de romper el eje chií Teherán-Bagdad-Damasco. Por su parte, Assad quiere recuperar el control sobre todo el país y por ahora lo está consiguiendo. El único obstáculo son los kurdos que, siguiendo las directivas de Estados Unidos, tratan de ganarle terreno al norte del Eúfrates, rico en recursos petrolíferos esenciales para la reconstrucción del país.

En cualquier caso, a pesar de estos problemas, el plan de reparto de Siria puesto a punto por la Rand Corporation para el departamento de Defensa de EE.UU ha quedado archivado. El Observatorio nacional de derechos humanos en Siria y el periódico Hayat afirman que la coalición guiada por los USA desde el 20 de agosto está recuperando por helicóptero a numerosos milicianos yihadistas occidentales infiltrados en el Isis. La web Al-Ahd ha informado de que dos helicópteros de la coalición han efectuado una operación de evacuación en la región de Kab al-Mala, en las proximidades de Bu Leil, al sudeste de Deir Ez Zor. También llegan noticias de recuperación de Tibni, al norte de Dayr, y Bulayl, al sur de la ciudad del Eúfrates. Este tipo de informaciones se suceden también en la web kurda Rudaw, que señala “la retirada de un grupo de terroristas en la región de Al-Souh, al suroeste de Al-Masrab, y al oeste de Deir Ez Zor”. El papel que desempeñaban estos hombres en las filas del Isis no lo sabemos, pero el famoso periodista de investigación Ennio Remondino compara en un artículo este tipo de operaciones a las de los helicópteros americanos en Saigon, al final de la guerra de Vietnam.

De todos modos, si queda algún miliciano por recuperar –como pasó en Saigon– habrá que hacerlo pronto porque el tiempo apremia. La aviación rusa ya ha eliminado en la zona a más de 1.200 miembros del Isis y la semana pasada se eliminó a dos importantes líderes del califato que ocupaban tareas clave en la organización. El primero es el ministro de guerra del califato, Gulmurod Halimov, que trabajó en su momento para las fuerzas especiales soviéticas. Más tarde se convirtió en comandante de las fuerzas especiales tayikas “Omon”, luego pasó a formar parte de la Guardia presidencial; de 2003 a 2008 –en tres periodos distintos– se formó militarmente en una base estadounidense de los Blackwater; y en la primavera de 2015 se unió al Isis. El segundo es el “emir de Deir ez-Zor”, Abu Muhammad Al-Shimal. Este era un ciudadano iraquí con pasaporte de Arabia Saudí. Ocupaba el cargo de responsable de financiación y traslado de reclutas a las bases de adiestramiento, así como del reclutamiento de milicianos extranjeros. Gestionaba toda la red logística en el extranjero y en Turquía, permitiendo la entrada en Siria desde otros países. En 2005 ocupó una posición destacada en la organización terrorista Al Qaeda. Cuesta creer –dada la trayectoria de ambos personajes– que los servicios secretos norteamericanos y saudíes no hayan querido cerrar en cierto modo los ojos ante su actividad.

En definitiva, hay numerosas evidencias de complicidades de los países occidentales con los terroristas, pero Occidente sigue construyendo una imagen de pureza asegurando que ocupa el primer puesto en la lucha contra el terrorismo. Pero por ahora solo vemos bloques de cemento sobre vías de paso y sanciones contra los que combaten al Isis.