Nos quieren reducir a votantes
La relación entre sociedad civil y partidos tiene que concretarse en una inequívoca participación de toda la comunidad en el ejercicio de la autoridad y el poder. El Gobierno no es una contraparte de la comunidad, sino parte de la misma. Al elegir a nuestros gobernantes, no pactamos con personas de fuera, sino que delegamos nuestra autoridad en compatriotas nuestros, que siguen dentro de nuestra comunidad política. Por tanto, los constituimos en autoridades para guiarnos como queremos ser guiados día a día; no sólo el día de las elecciones. Esa es, a mi juicio, la gran cuestión a resolver. La mayoría de nuestros gobernantes, de izquierdas o derechas, quieren mantenernos reducidos a votantes, sin valorar que es una forma de alienarnos en un voto cuatrienal o quinquenal. Y eso no vale.
El voto vale para legitimar la formación de un Gobierno. Pero luego ese Gobierno sigue obligado a legitimarse día a día por medio de su propia capacidad de respuesta a lo que quiere la mayoría y claro es que a su propia conciencia de gobernantes que son personas. El reto es cómo articular esa comunicación permanente entre gobernados y gobernantes. Obviamente, la prensa no es el cauce adecuado o, al menos, el único. De hecho, ya se ha constituido en el cuarto poder y su función es alienadora igual que la de los partidos desde el momento en que tampoco se prestan a ser cauce de la participación de cualquiera. Ejercen la censura, sin más.
Esa es la cuestión: que todos tengamos la voluntad de fomentar -no permitir, sino fomentar- los más cordiales pero atrevidos debates públicos de los que nazca el consensus y que ese consensus sirva realmente para que convivamos.