No concilia solo la mujer, concilia toda la familia

El núcleo central de nuestra reflexión -dijo el cardenal- es la importancia de la familia para la unidad del yo y para su "estar en relación". Scola dijo que estaba impresionado por la enorme resonancia mediática, incluso a nivel nacional, del evento milanés: "Es un signo del hecho de que la familia definida por los sociólogos como normal, es decir la que se basa en la relación fiel de un hombre y una mujer casados y abiertos a la vida, es el deseo de las mujeres y de los hombres de hoy. Esta familia ha sido llevada al centro de la atención".
Hace un tiempo el cardenal de Milán hizo pública una reflexión sobre una de las cuestiones centrales del encuentro: el trabajo y la conciliación familiar. Scola aseguraba que "la posibilidad de conciliar la familia con el trabajo es un factor decisivo para la calidad de vida. Es un elemento central para la madurez de hombres y mujeres. Es por lo tanto condición necesaria para una sociedad justa, cohesionada y solidaria. La palabra conciliación etimológicamente significa llamar juntos, en el sentido de unir y ponerse de acuerdo. El término se refiere, por tanto, sea a una acción, aquella de juntarse, sea a su efecto: el acuerdo, la armonía y la pacificación". El arzobispo de Milán añadía que medidas de conciliación son todas las facilidades que sostienen la compatibilidad entre el trabajo retribuido y la responsabilidad del cuidado de los hijos y de los padres ancianos, todas las estrategias inclinadas para hacer menos duro el cotidiano afán en el empleo del tiempo. Y añadía que "en casi todos los países europeos está cada vez más difundido un estilo de vida por el que ambos cónyuges están integrados en el mundo del trabajo y contribuyen al balance económico familiar. Progresivamente esta modalidad está sustituyendo a aquella del hombre-padre como único que trae el salario a casa y de la mujer-madre ama de casa. Es por lo tanto decisivo poner en práctica medidas dirigidas a favorecer y ayudar tanto a las mujeres como a los hombres para que sean madres y para que sean padres".
"Sin embargo, los documentos oficiales de la Unión Europea, cuando hablan de la conciliación trabajo-familia, hacen referencia al individuo soltero y en particular a la mujer -denunciaba el cardenal Scola-. El interlocutor no es, por lo tanto, la familia como sujeto social, lugar de relación y corresponsabilidad de mujeres y maridos, padres y madres con los hijos. Es más bien la mujer que, considerada parcialmente inactiva a causa del cuidado de los hijos, debe ser ayudada -según estos planteamientos- a estar presente en el mercado del trabajo. Muchas otras intervenciones de política social están casi exclusivamente dirigidas a ampliar el mercado del trabajo para un crecimiento de la ocupación femenina, que permita alcanzar una condición de iguales oportunidades. La relación familiar, en este contexto, se reduce a una variable que depende de la relación laboral".