´Netanyahu, acorralado entre Irán, Hezbolá y Obama´
Michael Herzog, investigador internacional del Washington Institute for Near East Policy, es también hermano de Isaac Herzog, el principal oponente de Benjamin Netanyahu en las últimas elecciones, donde el Likud, partido de Netanyahu, se adjudicó 30 escaños de la Knesset (Parlamento israelí), frente a los 31 que obtuvo en 2013, cuando se presentó en coalición con Yisrael Beiteinu, que esta vez se presentó solo y ganó seis escaños. En cambio, el partido de Herzog consiguió 24.
Durante la campaña electoral, Netanyahu dijo que si fuera reelegido no reconocería a Palestina como Estado, ¿qué va a pasar ahora?
En sus discursos previos, Netanyahu defendió la solución de dos estados, uno israelí y otro palestino, y personalmente me parece que hay que mantener esta posición. La nueva postura de Netanyahu complica las cosas, porque la comunidad internacional no lo aceptará.
¿Cuál es la posición mayoritaria de los israelíes sobre este tema?
La mayoría de los israelíes defiende la solución de los dos estados. Al mismo tiempo, la opinión pública en Israel es muy escéptica sobre el hecho de que sea posible realizarlo y no se hace ilusiones con el negacionismo palestino, pero comprende que la única solución es formar dos entidades políticas separadas.
Pero después de décadas negociando seguimos aún en el punto de partida…
El hecho es que hay grandes dificultades para gestionar nuestras relaciones con los palestinos, porque en vez de negociar con nosotros han decidido seguir internacionalizando el conflicto y llevando adelante campañas políticas contra Israel. Así nuestras relaciones no harán más que deteriorarse y es una verdadera lástima.
¿Cómo pueden cambiar estos resultados electorales las relaciones entre Israel y Estados Unidos?
No creo que estos resultados vayan a cambiar algo desde este punto de vista. Las relaciones entre Netanyahu y Obama ya existían antes de las elecciones y se mantendrán después. Aparte de la campaña electoral, el dato de hecho es que Israel y Estados Unidos divergen sobre cuestiones verdaderamente fundamentales en relación a Oriente Medio, y seguirá siendo así.
Pero los republicanos estadounidenses parecen querer brindarle una mano al premier israelí.
Es correcto afirmar que Netanyahu tiene como principal punto de referencia a los republicanos más que al presidente Obama. Es difícil decir qué sucederá después de las presidenciales de EE.UU en 2016, pero mientras Obama siga en el cargo las tensiones seguirán aumentando, más aún si Netanyahu deja de apoyar la solución de los dos estados.
¿Cuál será la estrategia de Netanyahu ante el estado islámico?
Desde este punto de vista no hay diferencias con la oposición israelí. Ambos ver el estado islámico como una amenaza y como una entidad hostil, antisemita y anti-israelí al mismo tiempo. Pero en este momento el Isis no representa una amenaza directa para Israel.
¿Por qué?
El califato tiene problemas para afrontar la coalición internacional en Iraq y Siria, aunque algunos militantes están más cercanos a nuestra frontera, como la rama del Isis en el Sinaí y algunos islamistas en los Altos del Golán. La principal amenaza contra la seguridad nacional de Israel no es el Isis sino el eje dirigido desde Irán mediante la fisión nuclear y las ambiciones hegemónicas de Teherán. También por el hecho de que Hezbolá, aliado de Irán, sea el único actor no estatal de la región con más de cien mil misiles. Para Israel este es un peligro mayor que el propio califato.
Rusia tiene cada vez un papel más importante en Oriente Medio. ¿Cómo se relacionará Netanyahu con ella?
Por un lado, a Israel le preocupa el papel que Rusia está desempeñando en Siria, donde apoya a Bashar Assad. Por otro, nuestro gobierno debe dialogar con Rusia, con el objetivo de animar a Moscú a tomar en consideración los objetivos de seguridad nacional de nuestro país. Netanyahu hará lo posible para mantener este diálogo.