`Me pregunto si la sociedad ejerce una libertad responsable, necesaria para construir´
"El hombre quiere construir, no le basta con pensar que su participación en la vida pública se limita al voto. Cuando es sólo eso, se cansa, y eso explica el aumento de la abstención en los procesos electorales de Occidente en los últimos años", ha afirmado Vittadini. Afirmación que ha matizado Pérez Díaz, quien considera que no basta con el deseo del hombre de "participar en la cosa común a partir de su libertad". El sociólogo considera que "hace falta entrenar la libertad responsable en Estados y mercados. Lo que se traduce en la creación de obras del Tercer Sector, construido por ciudadanos, individuos activos en mercados abiertos y gente solidaria, que están ahí como resultado de una experiencia a medio hacer, pero que son fruto de este entrenamiento de la libertad responsable. Frente a éstos están los que se contentan con delegar en un partido que les permite sentirse víctimas cuando las cosas no van bien. Pero yo me pregunto si no tendremos la sociedad que nos merecemos, donde esa libertad responsable, ¿se ejerce o se elude? No basta la apelación a la libertad sin el trabajo que conlleva".
Para Vittadini, el problema radica en el valor de la persona. "La cuestión es si la persona es el mal que hace o el deseo de bien que lleva dentro y que se le despierta cuando se encuentra con la realidad. El mal es una reducción del deseo y tiene dos soluciones: la desconfianza en el otro o la educación en el deseo. En esta última se corrige el mal. El mal no desaparece, está, pero puedes recuperarte, con la pena y el perdón. Una educación así es la que se da en los lugares intermedios, donde los hombres siguen cometiendo el mal, pero entienden que están hechos para el bien, y construyen. Si el catolicismo no parte de aquí, no construye nada positivo. La religión es útil si parte de este valor: tú eres único, irrepetible".
Encuentromadrid 2010 ha abierto así "una reflexión sobre la construcción de la sociedad española, "donde se percibe una carencia de palabra y diálogo fecundo", en palabras de José Miguel Oriol, presidente de Ediciones Encuentro y moderador de esta mesa inaugural.