Mas siempre dimite y nunca se va
Artur Mas, el máximo responsable de la conversión del catalanismo en independentismo irredento, dimite, lo ha hecho ya dos veces, pero nunca se va. Es la segunda vez que anuncia un paso al lado. La primera vez fue hace dos años porque así lo exigía la CUP para la investidura. Ahora lo hace porque la criatura que él mismo creó, independencia o independencia, está en manos del expresident que ha convertido la independencia o independencia en Puigdemont o Puigdemont, incluso a costa de frustrar un gobierno de las fuerzas secesionistas. Mas se vuelve a ir para no irse, para dejar claro que las esencias de Convergencia, que son las estructuras profundas del país, no aprueban la locura del huido. Este martes Artur Mas ha hablado mucho de los procesos judiciales que tiene por delante. En la reunión del Comité Nacional del PDeCAT, celebrada el lunes, pronunció unas palabras que son el juicio definitivo sobre su nefasta decisión de hace algunos años. El responsable de la antigua CiU aseguró que los resultados de las elecciones del 21 de diciembre no permiten al independentismo imponer nada y que es necesaria una investidura rápida. El resultado de los últimos comicios es muy similar al de 2015, el que llevó a Artur Mas a comenzar el proceso de secesión. Entonces sí le pareció que sirvieran para imponer la ruptura. Más hizo “un May” en 2012, convocó elecciones anticipadas para conseguir la mayoría absoluta y perdió 12 escaños. Inició entonces una escapada sin retorno que solo quiso frenar pocos días antes de la DIU.
Ahora el partido del expresidente de la Generalitat y la propia ERC están a merced de los planes disparatados de quien reclama ser investido en un plasma. La renuncia al acta de diputado del exconsejero Mundó pulveriza el plan C o D, se va el único hombre que podría encauzar las cosas mientras Junqueras sigue en prisión. El independentismo necesita llegar a un acuerdo para elegir un candidato que realmente pueda ser investido. Pero Puigdemont no está dispuesto. El independentismo está preso del expresident. Solo lo pueden liberar sus propios fieles y votantes. No quisieron hacerlo en diciembre y ahora se les hace difícil salir del laberinto.