Más allá de las modas pedagógicas

Mundo · Ferrán Riera, director de Escola Llissach
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 48
16 abril 2018
El tiempo de la pantalla y del selfie, de la relación virtual, del autodiagnóstico y la automedicación a través de internet, de la sabiduría popular substituida por la arrogancia del yo que lo sabe todo porque de todo ha oído hablar… es el tiempo de las descripciones de cosas que no tienen que ver con uno mismo, de los adjetivos que se aplican a substantivos que no conocemos o de los que no tenemos experiencia. El lenguaje en los medios de comunicación, en la vida social y política y en las tertulias sirve paras subministrar un substituto de la experiencia personal. Cuanto más difícil y enrevesado o cuanto más vestido de “conocimiento” se dicen las cosas, más validez y legitimidad se le dan, tengan o no nada que ver con la propia experiencia.

El tiempo de la pantalla y del selfie, de la relación virtual, del autodiagnóstico y la automedicación a través de internet, de la sabiduría popular substituida por la arrogancia del yo que lo sabe todo porque de todo ha oído hablar… es el tiempo de las descripciones de cosas que no tienen que ver con uno mismo, de los adjetivos que se aplican a substantivos que no conocemos o de los que no tenemos experiencia. El lenguaje en los medios de comunicación, en la vida social y política y en las tertulias sirve paras subministrar un substituto de la experiencia personal. Cuanto más difícil y enrevesado o cuanto más vestido de “conocimiento” se dicen las cosas, más validez y legitimidad se le dan, tengan o no nada que ver con la propia experiencia.

El mundo escolar es un gran escaparate de discursos que todos más o menos compramos o que tenemos que comprar si no queremos quedar fuera del mercado. Es obligatorio tener nombre y apellidos adecuados para la propuesta pedagógica y…, después, ya veremos qué significa. De la omnipresente “educación en valores” de los primeros años del siglo XXI se ha pasado a la educación competencial, a los entornos amigables, a las comunidades de aprendizaje y servicio, a la escuela lenta, cooperadora, democratizante, colaboradora, mediadora, vertebradora, plurilingüe, internacional, a tiempo completo, equitativa y cohesionadora donde empoderamos a los niños que elevamos en un ascensor social. Es inevitable entrar en este bosque inmenso de la nomenclatura pedagógica. Lo que ya no está tan claro es si en los colegios tenemos la capacidad de asumir el significado de todas estas cosas sin que sean modas pasajeras y se pueda generar una verdadera experiencia educativa.

Para que un hecho, un acontecimiento educativo, genere experiencia real hace falta, entre otras cosas, que se pueda extender en el tiempo y en el espacio, que no quede cerrado en el universo de quien lo ha vivido, que pueda replicarse y reproducirse aunque cambien los protagonistas.

¿Pero es posible reivindicar esta estabilidad de la experiencia en un mundo que te reclama constantemente al cambio? ¿Es posible doblegarse a la objetividad de lo que sucede en las aulas y en las familias en vez buscar constantemente en la realidad excusas para defender la propia intuición y manía? ¿No habremos puesto a la escuela en un callejón sin salida del que no es posible salir sin romper nada?

Los colegios que no quieren perder el compás del tiempo ni el tren de la discusión pedagógica, que buscan lo más verdadero de cada nueva propuesta y que no se casan con ninguna metodología porque tienen la capacidad de valorar la utilidad de cada una de ellas, saben cuándo y por qué aplican algo. Son colegios que requieren un factor de cohesión y unidad a su quehacer. De otro modo se convierten en supermercados de ofertas educativas, vendedores de modas pedagógicas.

Este factor de cohesión funciona como catalizador o vertebrador de todo el desarrollo vital de su propuesta educativa. Los padres tienen el derecho y el deber de conocer este núcleo esencial, propuesta decidida e invariable en el tiempo, que permite que el colegio pueda estar abierto por las cuatro paredes y a su vez los vientos no lo hagan temblar. Es esta certeza educativa elemental y no el inevitable encaramarse del discurso y de la moda pedagógica lo que da la estabilidad de la experiencia y hace posible el crecimiento de todos y cada uno de nosotros.

Noticias relacionadas

Un europeísta en el cielo de las 12 estrellas
Mundo · ÁNGEL SATUÉ
“Por separado tendremos menos oportunidades que unidos” y esta es la lección de 70 años de Unión Europea para el recientemente fallecido don José María Gil-Robles. Por este motivo vivió el Brexit como “un desgarro”, un desgarro, sin duda, del alma europea....
9 marzo 2023 | Me gusta 1
Paz para nuestro tiempo
Mundo · GONZALO MATEOS
Es compatible mantener la ayuda militar a Ucrania a la vez que se busca la paz. Un acertado Josep Borrell lo ha defendido en Nueva York. "Mucha gente habla de paz, pero la verdadera pregunta es de qué tipo de paz estamos hablando y cómo conseguirla"...
2 marzo 2023 | Me gusta 5
General de por vida
Mundo · Félix Hernández
El Santo Padre, como en otras ocasiones, en su viaje al Congo se ha reunido con un grupo de jesuitas. En ese encuentro el sucesor de San Pedro ha asegurado que el Padre General de la Compañía debe serlo “de por vida es para evitar cálculos electorales, las facciones, los chismes”. Vuelve a...
22 febrero 2023 | Me gusta 1
Generale a vita
Mundo · Félix Hernández
Il Santo Padre, come già avvenuto in altre occasioni, ha incontrato durante il suo viaggio in Congo una delegazione di gesuiti. In questo incontro, il successore di San Pietro ha assicurato che il Padre Generale della Compagnia deve essere “a vita, anche per evitare i calcoli elettorali, le...
22 febrero 2023 | Me gusta 0