Más allá de la vida

La película presenta tres tramas paralelas y convergentes. Marie es una periodista francesa de renombre que tiene la experiencia del túnel al sobrevivir milagrosamente a un tsunami en Oceanía; Marcus es un niño londinense maltratado por la vida que acaba de perder a su hermano gemelo Jason, muerto en un accidente; y George es un americano de San Francisco con poderes paranormales que ejerce de medium sin tener que recurrir a trances, ouijas o ritos esotéricos.
La película se quiere asomar al más allá desde las perspectivas de los tres personajes, y aunque deja sentada la fe en una vida que no acaba con la muerte, lo cierto es que tiene escaso recorrido, aporta poco y desaprovecha una excelente ocasión. El ritmo es inadecuado, excesivamente lento, con planos y escenas alargadas sin necesidad que nos llevan a un metraje excesivo. Y aunque las interpretaciones son brillantes, al guión le faltan vueltas de tuerca. Por otra parte es llamativo que, afrontando directamente la cuestión de la muerte y del más allá, Eastwood eluda la simbología religiosa tan presente en otros de sus filmes.