Mary Ann Glendon, embajadora de Estados Unidos en la Santa Sede, se refiere a don Giussani, fundador de Comunión y Liberación, como referencia para la lucha por los derechos humanos
La embajadora de Estados Unidos en la Santa Sede ha utilizado, en su intervención sobre los derechos humanos, el discurso del Papa en Naciones Unidas y ha señalado las amenazas que suponen el relativismo, el positivismo, la tentación del utilitarismo, la falta de una relación entre derechos y responsabilidad y una libertad religiosa atacada por el secularismo. Especialmente crítica se ha mostrado Glendon con la ampliación del catálogo de derechos fundamentales que ha atribuido a la presión de grupos de interés. La embajadora ha afirmado que "en los últimos 60 años una de las voces más clara en la defensa de los derechos del hombre ha sido la de la Santa Sede".
Glendon ha criticado los ataques que sufren, frecuentemente, el derecho a la familia y a la libertad religiosa y ha destacado "la extraordinaria apuesta de Benedicto XVI por la razón". "El Papa en su discurso en Naciones Unidas ha asumido la posición de los fundadores de Estados Unidos al afirmar que los derechos humanos no son una concesión del Estado", ha añadido. La embajadora ha recordado que en el 98 Juan Pablo II advirtió que estaban en peligro las dos características de los derechos humanos: la universalidad y la indivisibilidad. "Desde entonces los ataques a la universalidad e indivisibilidad se han hecho especialmente violentos, sobre todo después de las conferencias celebradas en El Cairo y en Pekín".
Mary Ann Glendon participó en su juventud en el movimiento feminista y a favor de los derechos civiles en Estados Unidos. Está casada con un escritor judío y es embajadora en la Santa Sede desde febrero de 2008.