Mario Vargas Llosa, la apuesta por la libertad

Mario Vargas Llosa es uno de aquellos intelectuales ejemplares por sus convicciones, por su coherencia y consecuencia con sus ideas. Se le podrá admirar o discrepar con sus posiciones ideológicas pero lo que nadie podrá negar es que siempre ha mantenido una línea, la defensa de la libertad y la condena de toda forma de opresión, de toda variante de dictadura.
Desde hace mucho tiempo, cuando la revolución cubana estaba en su auge, cuando los escritores, intelectuales y artistas competían en rendirle tributo y cantar loas a Fidel, Vargas Llosa fue uno de los pocos en alejarse de ella cuando, desilusionado, descubrió que se estaba imponiendo un régimen totalitario que aplastaba lo que supuestamente procuraba la revolución, la libertad del pueblo cubano.
Su consecuencia no tiene cálculos. Ha criticado con la misma dureza a Pinochet y a Fidel, a Fujimori y a Chávez. Es un verdadero demócrata, de aquellos que defienden el sistema por encima de sus amistades o de los halagos con los que los dictadores y gobiernos autoritarios buscan ganarse a los intelectuales. Así, como recientemente visitó Chile para apoyar la candidatura del presidente Piñera, también, en su momento, ayudó al pueblo chileno a hacer campaña contra la dictadura de Pinochet.
Nuestro insigne escritor, y digo así porque siempre se ha definido como un boliviano de corazón, y porque así lo debemos sentir todos los hispanoamericanos, es un liberal convencido de que sólo la libertad lleva a las sociedad hacia la prosperidad.
Ferviente admirador de Karl Popper y de su magistral obra La Sociedad Abierta y sus Enemigos, Mario cree que "la libertad es una sola y que cuando hay libertad económica, cuando un mercado funciona libremente, y cuando hay libertad política, un sistema donde el individuo es respetado en sus derechos, es cuando aparece eso que llamamos civilización. Una civilización que por una parte significa prosperidad, oportunidad para poder materializar en la sociedad en que vivimos nuestros anhelos, y una libertad política que respete nuestros derechos individuales, que nos proteja del atropello, del abuso, que nos permita participar, que nos permita decidir el funcionamiento y la marcha de la sociedad".
Mario Vargas Llosa es un gran ejemplo de la consecuencia y coherencia que debemos seguir quienes creemos en la libertad y quienes postulamos que las sociedades sólo cambian de verdad cuando se gana la batalla de las ideas.
Óscar Ortiz Antelo, *ex presidente del Senado Nacional de Bolivia