Luis Carbonel: ´Coincido en todo con Martínez de Aguirre´
Para empezar, doy la bienvenida a una propuesta como la de Martínez de Aguirre en su artículo de Páginas Digital, propuesta de una persona de solidez y gran formación jurídica. Lo primero que se pretende es que la sociedad sea plural y que conozca sus derechos. Y desde ese planteamiento, Manuel Martínez de Aguirre hace un análisis de las sentencias más recientes del TEDH y concluye que la objeción es un medio más.
El artículo deja muy claro que cualquier gobierno tiene la obligación de garantizar la libertad ideológica y religiosa, y que debe respetar las convicciones de los padres respecto a la educación de sus hijos. Coincido en que la pluralidad es muy importante para cualquier sociedad y que eso exige que las distintas convicciones sean respetadas. El Estado tiene la prohibición de adoctrinar a sus ciudadanos. Por eso cualquier enseñanza debe ser respetuosa con los demás principios, y no señalar un principio como más válido que otros, o ridiculizar otras formas de opinión diferentes.
Es encomiable el afán didáctico de este artículo a la hora de aconsejar a los padres qué pueden hacer frente a la EpC y señalar como los caminos más concretos los libros de texto o lo que se imparte en las clases.
Coincido absolutamente en todo con Manuel Martínez de Aguirre. Es brillante y muy respetuoso. Toda educación tiene un contenido filosófico y es complicado oponerse en bloque a esta asignatura. Los padres no son juristas y frente a una asignatura como ésta, cuanta mayor concreción, mejor. Pero ésta también es tarea de los tribunales. Simplemente por ser una formación moral obligatoria es denunciable. Comparto que es mejor el planteamiento concreto, pero su obligatoriedad sin ofrecer alternativa ya justifica la denuncia de la asignatura. Por eso desde Concapa animamos a los padres a ser ciudadanos de verdad y a objetar frente a la asignatura.
Eso sí, quiero manifestar como colofón mi alegría, como representante de esta organización, porque, además de las sentencias de los tribunales de Andalucía y La Rioja, así como los últimos decretos de Huesca, empiece a haber personas de este prestigio que entren en este debate intelectual y defiendan la libertad, independientemente de las convicciones y principios morales. Es muy importante que estas personas se hagan oír y que cada vez más intelectuales se den cuenta del riesgo que sufre la libertad de los padres.