Los limoneros, de Eran Riklis

Cultura · Juan Orellana
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1 octubre 2008
¿Por qué? Por acercarse al conflicto judeo-palestino desde una perspectiva fresca y original. Por tratarse de una película israelí que propone el diálogo y el respeto mutuo como camino de convivencia con los palestinos. Por su sano humor y guión delicado, nada enfático ni sensacionalista. Por haber ganado el Premio del Público en Berlín y el Premio Película Europea en San Sebastián.

¿De qué va? Salma es una viuda palestina que sobrevive gracias al amplio limonar que rodea su casa, situada en un pueblo de Cisjordania limítrofe con Israel. Cuando el ministro de Defensa de Israel construye su casa frente a la de Salma, el limonar corre peligro, pues los servicios secretos israelíes piensan que éste supone un peligro para la seguridad del mandatario y su familia. Salma decide entonces luchar ante la justicia por sus ancestrales derechos de propiedad.

¿Para quién? Para los que están hartos del cine tópico y de las megaproducciones hollywoodienses y buscan algo nuevo, inteligente, distinto. Para los que piensan que el cine aún no ha muerto. Para los que creen que el cine puede ayudar a mejorar las cosas.

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