Los exámenes

Esta película nos cuenta la historia de Romeo, un médico de casi 50 años, desencantado y adúltero, cuyo único interés ahora es conseguir para su hija Eliza, de 18 años, un futuro mejor. Tras los exámenes finales, la joven irá a estudiar a una prestigiosa escuela en Inglaterra. Pero en la víspera de dichas pruebas, la hija sufre un intento de violación, que naturalmente le descentra de sus exámenes. A partir de ese momento, su padre hará todo lo posible para garantizar el buen resultado de los mismos.
El director rumano Cristian Mungiu (Más allá de las colinas, 4 meses, 3 semanas, 2 días) siempre se ha movido en el terreno de los dramas morales, y lo ha hecho habitualmente desde una deliberada ambigüedad, evitando así un juicio posicionado, y dejando al espectador la última palabra. En el film que nos ocupa se moja un poco más y, aunque no condena a ningún personaje, sí que muestra las consecuencias de actos inmorales. De hecho, la idea que se desprende de Los exámenes es que, una vez que cruzas la barrera de lo inmoral y de “prohibido”, aunque sea movido por un fin noble, ya nada vuelve a ser como antes.
La película es valiosa por los temas que plantea y el tratamiento realista de los mismos. Pero le perjudica un excesivo metraje, desgraciadamente habitual en la filmografía del director y que irremediablemente hace decaer el film en su tramo final. Además la resolución de la trama es demasiado abierta para el gusto de la mayoría de los espectadores. Hay que resaltar las interpretaciones de Adrian Titieni y Maria-Victoria Dragus, que son veraces y eficaces, y la puesta en escena muy esencial y realista.