Los estudiantes inician la batalla cívica
"He dispuesto una nueva misión que se llamará Simón Bolívar, aspecto fundamental de la cual encomiendo a ustedes: recoger cinco millones de firmas para entregarlas a la AN. Legalmente no se requieren, pero deseo que la convocatoria esté avalada por el pueblo". Los portavoces de la oposición comentaron que se trata de una artimaña, pues las firmas no tienen que ser autentificadas por el CNE, como ocurrió en 2004, lo que le permitió a Chávez aplazar por un año la consulta con el argumento de que las firmas opositoras eran falsificadas. Señalaron además que, entre los cinco millones que suman los empleados públicos y los beneficiarios de las misiones, es notoria la coincidencia con la cantidad de firmas que pidió recoger.
No le será fácil, aun cuando trate de convertir en votos las reservas internacionales, encarcele y amenace adversarios, prive de competencias a los gobernadores y alcaldes de oposición, restrinja cada vez más la libertad de expresión, acuda a la violencia de Estado para intimidar a la población y ponga acento especial en la militarización del régimen. A la vanguardia de la batalla cívica se colocaron los estudiantes. En las universidades realizaron asambleas donde acordaron rechazar la reforma y llevar adelante una intensa campaña para explicar la razón de su oposición. Hacen pintadas y reparten volantes con una cita de Bolívar: "Nada tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía". La cita, asumida como consigna "Bolívar dijo no", ha desquiciado al líder de la revolución bolivariana, que dedica horas a explicar que la frase "está fuera de contexto" y, aun cuando la escribió El Libertador, no refleja su verdadero pensamiento, inclinado siempre por recomendar el gobierno vitalicio.
Los estudiantes tienen ya un logro: Chávez prescinde de sus largos monólogos televisados sobre la interpretación de Bolívar como padre del socialismo siglo XXI. A los estudiantes se han agregado activamente los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil, los gremios profesionales, periodistas, movimientos sindicales, industriales, comerciantes, artistas y en general los grandes sectores sociales convencidos de que permitir a Chávez el ropaje pseudo constitucional de la presidencia perpetua cerrará caminos para elegir un parlamento democrático en 2010 y derrotarlo en 2012. Los abanderados de la lucha cívica sostienen que no hay otro camino frente a los regímenes militares autoritarios, y que en tanto Chávez se mantenga dispuesto a convocar elecciones no se debe eludir el reto, sobre todo porque ya se demostró que es posible derrotarlo.
Encuestas realizadas durante las últimas semanas señalan que el 61% de los venezolanos está en contra de la reelección indefinida y sólo el 32% la apoyaría. De ser unas elecciones pulcras, nadie duda que triunfará el no, pero el control por el régimen de los organismos electorales y demás órganos del poder público, así como la presencia militar en los comicios so pretexto del Plan República, constituyen la carta que Chávez se juega en este desesperado esfuerzo por la presidencia perpetua.