Los españoles se marchan
La soledad del Ejecutivo no plantea mayor problema. Tiene legitimidad política sobrada y las encuestas no muestran una erosión significativa. Tampoco son relevantes las protestas en la calle. Tienen poco peso para el ajuste de casi 60.000 millones que se ha aprobado. Lo dramático es que la votación de las últimas horas se ha producido mientras se colocaban los bonos a dos, cinco y siete años con muy poca demanda y con la rentabilidad más alta de su historia. La prima de riego, disparada. La cosa va en serio. Ni el rescate de la banca aprobado por el Eurogrupo ni el gran ajuste de Mariano Rajoy sirven para aplacar el acoso de los mercados. Solo una compra masiva de deuda podría servir de ayuda. De momento no va a llegar porque Alemania se niega, quizás cuando haya más ajustes. Pero la agonía puede prolongarse.
Apenas aprobado el mayor recorte de la historia de la democracia española ya se habla del siguiente: reducción de las pensiones, menos prestación por desempleo. La cosa va tan en serio que los datos dados a conocer por el INE confirman que la emigración, con e, se ha convertido en una opción para algunos. Todavía no son datos estadísticamente relevantes pero reflejan una tendencia. La tasa de movimientos migratorios ya se ha invertido. En 2011 salieron de España casi 60.000 personas, más de las que entraron. Durante los seis primeros meses del año 40.625 españoles se han marchado del país, lo cual supone un incremento de más del 44 por ciento. Las fuentes estadísticas no permiten aclarar si se trata de "españoles viejos" o de españoles recién nacionalizados. Desde 2008 se han producido más de 435.000 nacionalizaciones por residencia. Todo indica que entre los que se marchan son mayoría los del segundo grupo. Son personas que probablemente sufren un segundo desarraigo y que buscan en el Reino Unido, en Francia, Alemania y Estados Unidos lo que hasta ahora les había dado España. Los números totales, 40.000 sobre un total de 5.000.000 millones de parados, representan un porcentaje pequeño.
Lo llamativo es la rápida inversión que se ha producido en un lapso pequeño de tiempo. Estamos todavía lejos de ese movimiento migratorio que entre 1940 y 1960 supuso la salida de 650.000 españoles del país. Pero lo cierto es que España pierde población porque no ha sustituido el viejo modelo de la burbuja inmobiliaria por un nuevo modelo productivo. En los últimos días el FMI ha rebajado la previsión del PIB para 2013 al -0,6 por ciento. Si Alemania en algún momento da el visto bueno, después de nuevos sacrificios, a la compra de deuda estaremos al comienzo de una larga tarea: la de "refundar económicamente" el país.