Los abrazos de Chagall

De niño Moishe Shagall se subía al tejado de su casa, en Vitebsk, para ver las estrellas, y todo le sublimaba: las vacas que desollaba su tío, su otro tío que malamente -como el propio pintor- tocaba el violín, el río, los caballos, el paseo en carreta y los paisajes, los edificios, los ritos hebreos. Así creará para su arte una nueva naturaleza de leyes y fusiones fantásticas, la vida se eleva, flota, es la poesía hecha pintura. La realidad trascendida, y el ensueño, y la felicidad, todos son una realidad para Chagall: las flores, el azul, el gallo y la cabra, el rojo, y Bella, el amor, los abrazos, el beso, el cuerpo femenino. Todo es cálido en Chagall, su pintura es el amor. También sorprende en los temas cristianos, y el Hijo Pródigo… y la guerra.
Moishe Shagall fue uno de los más grandes artistas del siglo XX. Nació en el seno de una humilde familia judía en Vitebsk, ciudad ghetto del judaísmo oriental. Todas sus vivencias familiares y las tradiciones de su comunidad religiosa, y Bella, su hermosa novia y esposa, y París, darán tema para siempre a su original pintura.
Con veinte años, de la mano de su habitual penuria económica, arribó a San Petersburgo, con un único pensamiento: ser artista. La siguiente fijación se llamó París -su segundo Vitebsk-, capital de las novedades artísticas europeas, donde por fin respiró, porque él también era la vanguardia, y sólo allí se sintió valorado. Entusiasmado por el arte que la ciudad le permitía contemplar, allí asimiló el fauvismo, el cubismo (después sintió que lo descuartizaba) y el orfismo. Tras unos años en Moscú, participando con la revolución, organizó una escuela de arte en Vitebsk -para dar la bienvenida a una entrada militar en la ciudad, llenó las calles de carteles con sus vacas y caballos de colores-, insatisfecho e incomprendido terminó marchándose definitivamente a París en 1923, y vivió en Francia hasta su muerte, salvando el exilio a EEUU con motivo de la persecución semita de la 2ª Guerra Mundial. Murió en el sur de Francia, se había casado tras la muerte de Bella con Vava. Tenía noventa y siete años.
Un mundo de ensueño, el de la realidad, que él abraza, un abrazo de amor que es real, Dios y sus ángeles cuidan del Universo.
"El arte me parece sobre todo un estado del alma. "Sólo es libre el corazón honesto". Mi vida.