Lo nuestro es la satisfacción

Los cenizos se limitan a repetir aquello de que esto es pan y circo, anestesia del poder. Los cenizos no parecen saber que la satisfacción y la unidad son siempre amigas de la libertad. Aunque estamos hablando de fútbol. Los moralistas explican que la victoria de España se debe a grandes virtudes que habría que sacar del campo: la capacidad de trabajo, la paciencia, la humildad, la disposición a apoyar al grupo y olvidarse de personalistas. Y seguramente esos moralistas llevan razón porque no se puede ganar sin la técnica adecuada, sin las cualidades duramente cultivadas y muchas cosas más que son propias de nuestra selección. Son condiciones necesarias pero no suficientes.
Los cenizos y los moralistas parecen olvidarse de un dato más elemental, más sencillo: estamos contentos. La victoria nos produce satisfacción. Es una satisfacción futbolística pero no por eso hay que quitarle toda la importancia que tiene. Cualquier satisfacción, por pequeña que sea, nos recuerda que la vida está hecha del ansia por la mayor satisfacción posible. Estamos hechos para la victoria sobre todo lo negativo, lo feo y lo falso.