Entrevista a Pablo Ferrari, fundador de felixnomad.com

`Lo más efectivo que podemos dar a un pobre es afecto`

Mundo · P.D.
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17 diciembre 2018
Con una prometedora carrera en Silicon Valley, Pablo decidió cambiar de proyecto de vida cuando vio que llegaba a la cima. Lo que para cualquiera que mire desde fuera puede parecer “dejarlo todo” para él ha sido la ocasión de “empezarlo todo”. Ha puesto en marcha una aplicación en la que pone la tecnología al servicio de las personas sin hogar, a las que él prefiere que llamemos ´nómadas urbanos´.

Con una prometedora carrera en Silicon Valley, Pablo decidió cambiar de proyecto de vida cuando vio que llegaba a la cima. Lo que para cualquiera que mire desde fuera puede parecer “dejarlo todo” para él ha sido la ocasión de “empezarlo todo”.

¿Qué es felixnomad?

Felix es el nombre de nuestro primer asistente virtual para la gente más desfavorecida. Es ´El Siri de los homeless´, como lo decimos en inglés, aquí quizás se pueda decir ´El Siri de los pobres´. Felix es el nómada urbano digital, que puede ayudar a la gente a vivir una mejor vida de nómada urbano, o a salir de ella.

¿Cómo surgió ese nombre?

Felix significa ´aquel que se considera Feliz o afortunado´. Lo elegimos porque queremos crear una experiencia a nuestros usuarios alrededor de la felicidad y la alegría. No solo queremos darles la información clave para ayudarles a salir de la calle, también queremos animarles y motivarles pues es clave para que salgan adelante, y esto está en todo lo que hacemos hacia ellos, incluido el nombre. Si pudiera dar solo una cosa a la gente de la calle para ayudarles a salir adelante, en mi experiencia la cosa más efectiva es darles amor. Felix está elegido para inspirarlo en todo momento.

¿De dónde surge tu inquietud solidaria por las personas sin hogar?

¡Complicada pregunta! Es algo que se hace desde el corazón y sin esperar nada a cambio, es posiblemente lo contrario a todo lo que nos enseña el día a día, así que espero no sonar muy irracional, pero intentaré ser lo más racional posible.

He pasado un periodo existencial en el que me he planteado seriamente qué quiero hacer con mi tiempo. Además me doy muy poca importancia a mí mismo, así que lo que haga con mi vida realmente no es importante. Lo importante es el proyecto, no la persona.

Mi inquietud ha estado conmigo toda la vida: he sido voluntario en Cáritas y en Nuevo Futuro toda mi vida en Madrid, he ayudado a montar hospitales en Perú y he estado allí atendiendo y ayudando a los más desfavorecidos, ¡he hecho cantidad de voluntariado!

Pero me doy cuenta de que cambié mucho cuando hace cuatro años me formé en lo que los budistas llaman ´compasión global´, que implica desarrollar una compasión por igual tanto por tus más cercanos como por aquellos que desconoces. Ellos, los budistas, son más extremos y desarrollan compasión también por plantas, animales o insectos… yo no he llegado a eso, la verdad, ya me está dando mucho trabajo extenderlo a los humanos…

Durante los últimos cuatro años he estado ayudando a gente sin techo en las calles de California por cuenta propia: con mi dinero y en mi tiempo libre. Ha sido una aventura de compasión y sacrificio que me ha llevado a ayudar a más de 300 personas, a vivir aventuras de todo tipo, a ser timado múltiples veces, a hacer amigos que me durarán toda la vida, y a ver cómo casi 30 personas han conseguido salir adelante y encontrar al fin la Paz de una vida mejor. Tengo claro que quiero ser útil para la perpetuación de la vida en el universo y para la humanidad. Para alguien como yo, que no soy especialmente listo, es realmente difícil de hacer, pues gente mucho más inteligente y mucho más rica que yo está tomando cartas en problemas importantes a largo plazo, pero decidí que eso no iba a ser mi excusa, así que sin prisa me puse a pensar y a estudiar. Parte de este estudio se hace en la calle, no hay mejor universidad.

Finalmente me hice la siguiente pregunta: ¿cuáles son los problemas importantes para la humanidad de los que nadie quiere ocuparse, principalmente porque no hay premio de capital en solventarlos o por el riesgo personal que implican? En mi opinión los dos mayores de estos problemas son la desigualdad extrema y la ruptura social. Ambos tienen pequeños premios en dinero y un alto riesgo físico.

Viviendo en California, rodeado de algunas de las personas y empresas más poderosas del mundo, y también rodeado de una crisis humanitaria grave, la desigualdad extrema es imposible de ignorar, y decidí empezar a ayudar a estas personas de las que poca gente quería hacerse cargo de una forma directa y desinteresada. Luego me di cuenta de que la situación solo va a ir a peor: hay 100 millones de personas sin hogar en el mundo y cerca de 2 billones sin una vivienda digna, y eso que solo somos 8 billones de personas… para el año 2100 se estima que seremos 12 billones, y que a la vez la desigualdad solo va a aumentar.

Mi inquietud supongo que viene por mi necesidad de mejorar el lugar donde existo, y por la mala trayectoria que llevamos.

¿Hasta el punto de dejar tu trabajo?

Así es. Cuando me pongo con algo me pongo hasta el fondo. Creo que mi trabajo, haciendo inteligencia artificial en silicon valley, es algo que podría ayudar muchísimo a mejorar la desigualdad en el mundo: necesitamos utilizar la tecnología y la innovación para el Bien Común y no solo para plantarnos anuncios. Esto no lo voy a solucionar yo solo obviamente, ni se va a solucionar en poco tiempo, pero cuantos más motivemos y más gente vea que crear un impacto real en el mundo y en la vida de las personas, para bien, es algo posible… ¡más seremos! Mi sacrificio laboral pretende por un lado ayudar a individuos que lo estén pasando mal, y por otro motivar a los que puedan ayudar a que sea posible hacerlo.

Tenías una prometedora carrera profesional, ¿qué te lleva a dejarlo todo?

Lo que me lleva a ´dejarlo todo´ para ´empezarlo todo´ es una mezcla de: (1) mi pensamiento de que mi vida (o mi cuenta bancaria) no es importante; (2) mi elección del problema de la ruptura social y la desigualdad extrema como mi nueva aventura; y (3) el darme cuenta de que he llegado a un nivel tecnológico en el que ya puedo ser útil.

Mi carrera profesional es verdad que era ´prometedora´… era jefe de tecnologías cognitivas (inteligencia artificial) en Verbio, una gran empresa en Barcelona reconocida en todo el mundo, trabajando en Silicon Valley, y rechacé ofertas para ser director de ´Machine Learning´ en algunas de las mayores empresas del Valle, pero ese fue justo el momento en el que me di cuenta de que debía hacerlo. Me dije a mí mismo: ´si esta gente piensa que soy la persona adecuada para dirigir sus equipos de nuevas tecnologías (y se supone que son los mejores), es que ya he llegado al punto en el que puedo ser útil para el problema que he elegido y para el que me he estado formando´.

Además, creo que la carrera profesional no es demasiado importante, al menos en la forma en la que solemos contemplarla, que se suele basar en buscar remuneración y comodidad. Para mí la incomodidad y el sufrimiento son crecimiento, y mientras mi trabajo me cubra las necesidades básicas y me permita dedicarme a lo que elijo, toda incomodidad solo me va a hacer crecer más.

En conclusión, no he dejado nada excepto oportunidades de dinero y de trabajar con gente genial. A cambio he crecido, trabajo con gente de gran corazón y me siento realizado con cada persona que ayudo de forma directa, o indirecta mediante mi tecnología. Duermo muy bien, tengo mucho trabajo por delante que me apasiona, y sigo aprendiendo y mejorando cada día. En mis ojos no he dejado nada, he empezado algo mayor.

¿Crees que las personas sin hogar se sienten más identificadas con el término nómadas urbanos?

Sin duda. Primero está el tema de que, en mi opinión, una ´persona sin hogar´ es un término incorrecto. El ser sin hogar no define a un individuo como puede ser el ser rubio o moreno, en mi opinión estar sin hogar es una experiencia que se empieza y se acaba, es solo una experiencia que dura un tiempo y que no te define. Es como si a una persona que pasa por una depresión, esta le definiera: no es así, la depresión es una experiencia temporal y pasará. Además, un nómada es alguien que siempre lleva su hogar allí donde va, y sigue siempre en movimiento buscando pastos más verdes, o adaptándose a las inclemencias del tiempo. Veo a la gente que vive en la calle bastante así, son nómadas urbanos, y siempre que hablo del término con ellos, al menos en USA, les gusta mucho más que ´homeless´, les define mejor.

¿La administración y los centros tanto de acogida como de asistencia alimentaria ya conocen la aplicación? ¿Cómo la valoran?

Hemos hablado mucho con la administración en San Francisco y Berkeley, y valoran muy positivamente lo que estamos haciendo. La aplicación está en fase de prueba privada (private beta), aunque se puede descargar libremente de la google play store, no estamos haciendo publicidad aún. La gente, tanto nómadas urbanos como administradores de la ciudad, han aportado mucho a mejorar nuestro sistema, y están tan esperanzados como nosotros.

¿En qué punto está el proyecto y qué es lo que más necesita en este momento?

Necesitamos tres cosas: una es la importante, otra es la urgente y otra es la práctica. La importante es que ¡necesitamos sacar a gente de la calle! Necesitamos hacerlo de una forma replicable, escalable y económica. ¡Y necesitamos casas!

La urgente es que necesitamos data, información. Necesitamos información de los servicios sociales de las ciudades, qué servicios hay, dónde, a qué horas abren… Y también necesitamos información que llevan acumulando años sobre sus casos, de manera anónima claro está, tipo: ´este señor, de este país, nos ha visitado tantas veces buscando trabajo, ha tenido estos problemas y ha encontrado estas soluciones´. Con esta información podemos crear mejores modelos de inteligencia artificial capaces de ayudar a más gente, de forma escalable.

La práctica es que necesitamos darnos a conocer. Cuanta más gente sepa lo que estamos haciendo, más ayuda encontraremos y más comentarios para mejorar. Salir en medios que confirmen que lo que contamos es cierto, que nos dé el ´sello de calidad´ del siglo XXI (¡existir en google!), es indirectamente importantísimo para conseguir más financiación y más proyectos de colaboraciones. Es difícil convencer a alguien cuando ´no existes´.

¿En qué ciudades está previsto que funcione la aplicación?

En todo el mundo. Seguiremos un orden de expansión basado en la urgencia (número de personas en desigualdad extrema) y en la posibilidad (ciudades que ya cuenten con sistemas de información a los que podamos engancharnos). Ahora estamos saliendo en California, y también vamos a empezar un piloto en Madrid y Barcelona para entender la situación legal y política a la que nos enfrentaríamos en Europa, donde el número de los sin techo está creciendo también de manera muy preocupante.

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