Llega el momento de Sergio Mattarella

España · PaginasDigital
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11 diciembre 2015
La actual legislatura, iniciada en los primeros meses de 2013, comienza a entrar en una fase decisiva. No sólo porque haya sobrepasado el ecuador de la misma, sino porque el año que viene (2016) va a ser realmente decisivo para el futuro inmediato de Italia. Y entonces será cuando llegue el momento, para Sergio Mattarella, de actuar como Presidente de la República. Porque, una vez en vigor la nueva ley electoral (a partir de julio del año que viene), y con un Matteo Renzi que para ese momento llevará casi dos años y medio en el cargo, Mattarella habrá de elegir entre seguir apoyando a Renzi, nombrar a otro Primer Ministro o bien convocar nuevas elecciones generales.

Debe recordarse que la Constitución de 1947 concede al Presidente de la República dos prerrogativas fundamentales: decidir cuándo se convocan las elecciones (con un plazo máximo de cinco años por legislatura), y encargar formar gobierno. En ese sentido, aunque la legislatura acaba formalmente en febrero de 2018, difícilmente Mattarella va a poder agotarla con un Primer Ministro, Matteo Renzi, que no ganó las elecciones de 2013, a las que ni siquiera se presentó porque el candidato era Pier Luigi Bersani. De momento, la situación en Italia es de bastante tranquilidad, pero todo cambiará en la primavera, cuando previsiblemente el partido de Renzi sea derrotado por el Movimiento Cinque Stelle, que va recuperando protagonismo a marchas forzadas.

El partido de Beppe Grillo sabe que Renzi, al acatar las políticas de austeridad impuestas por la Unión Europea, ha dejado muy descuidado el flanco izquierdo, y piensa apoderarse de este espectro de votantes. Además, Renzi, aunque ha logrado que la economía italiana pase de la recesión al crecimiento, se mueve todavía en cifras muy bajas (por debajo del +1.0), y no parece que vaya a crecer mucho más. Y el problema es que ese crecimiento se está realizando sobre la base de la pérdida de derechos laborales de los trabajadores, y también sobre el abaratamiento de los costes de producción: en ese sentido, será muy interesante comprobar lo que este tipo de política laboral tiene como efectos entre la población en las elecciones generales que van a tener lugar en España el día 20 de diciembre, ya que las reformas laborales de Rajoy y de Renzi, sin ser iguales, se basan en los mismos principios (abaratamiento del despido, bajos sueldos, empleo precario).

La ventaja de Renzi en este momento es que, al igual que Berlusconi sigue sin ceder su liderazgo al frente de Forza Italia, tampoco Beppe Grillo parece de momento dispuesto a ceder el testigo en Cinque Stelle. Tiene un excelente candidato en la recámara, Luigi Di Maggio, actualmente Vicepresidente de la Cámara de Diputados, pero Di Maggio tiene el problema de ser excesivamente joven (30 años) en este momento en un país que, aunque se ha rejuvenecido con los liderazgos de Renzi y Salvini, está acostumbrado a líderes por encima de los cincuenta o incluso sesenta años de edad. En ese sentido, Di Maggio es 12 años más joven que Salvini y diez más que Renzi, y está comenzando su carrera política. En el lado opuesto, Grillo va camino de los 68 años, y los italianos tiemblan sólo de pensar en ver a este cómico de Primer Ministro.

Parece evidente que los mercados lanzarán a Mattarella un mensaje de que debe hacer lo posible por aguantar a Renzi, quien acepta plenamente la ortodoxia que marcan los países del centro y norte de Europa, aunque de vez en cuando lance alguna queja. Pero también es cierto que los italianos se caracterizan por tener poco aguante para los presidentes del gobierno, y Renzi, que lleva ya más de 650 días al frente del Ejecutivo, comienza a generar cierto hastío entre la opinión pública. Como sucedió en la legislatura 1996-2001, Mattarella puede pensar en intentar acabar la legislatura con otro Primer Ministro (un Dario Franceschini o un Graziano Delrio, por ejemplo, o incluso un Mario Draghi si se quiere repetir la operación que se hizo en su momento con Carlo Azeglio Ciampi si para ese momento ha dejado la presidencia del Banco Central Europeo), pero el problema es que nos encontraríamos con el tercer Primer Ministro, en una sola legislatura, que está al frente del Gobierno y no ha ganado las elecciones (tras Letta y Renzi).

Lo cierto es que, si Renzi sufre una clara derrota en las elecciones administrativas de la primavera de 2016, entonces el resto de fuerzas políticas van pedir elecciones anticipadas a Mattarella. Y será este el momento de comprobar el liderazgo político de Sergio Mattarella, uno de los políticos más respetados de Italia. Pero lo más importante será comprobar si, para ese momento, hay auténticas alternativas a Matteo Renzi, ya que Berlusconi y Grillo están en la cuesta abajo, Monti anda cómodamente retirado en el Senado y Matteo Salvini, como líder de un partido de extrema derecha (la Liga Norte), muy difícilmente podrá ser Primer Ministro. Veremos de qué manera se resuelve todo este asunto pero cierto es que la situación política de Italia es idílica si tenemos en cuenta cómo estaba en el otoño de 2011 o en la primavera de 2013. 

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