Libia, ´los yihadistas ya están aquí´
“Si en Libia no se inicia inmediatamente un verdadero diálogo político, es segura una cosa: el país será campo abierto para el Isis, que podrá desplegar aquí también su amenaza. El Isis, de hecho, ya está presente en Libia: hay contactos continuos, hay grupos derivados de Al Qaeda que están en relación con ellos. También están los primeros milicianos que lucharon en Siria e Iraq y que ahora han vuelto a Libia: lo único que necesitan es que el caos actual, la falta de control político continúen para fortalecerse. Después, sabrán qué hacer”. Bernardino León es diplomático, ex colaborador de Zapatero, y desde septiembre trabaja como enviado de la ONU en Libia. Hasta entonces era el hombre de la UE en el país de la era post-Gadafi.
¿Qué queda de Libia? Hay quien piensa que ya es imposible volver a poner en pie algo que ya no existe. Por otro lado, ¿realmente la amenaza del Isis o Al Qaeda es tan concreta?
Debemos volver a poner en pie a Libia, entre otras cosas porque Al Qaeda ya está allí presente. Por tanto, el Isis también lo está de hecho, pues la evolución de la primera y el modus operandi del segundo nos dicen que bastará con reorganizar a los hombres que están sobre el terreno y transferirles la marca y el apoyo del Isis para que se produzca la radicalización. También hay grupos presentes en Derna, en el sur, en la frontera con Argelia, vinculados a los que han realizado el asalto en In Amenas. ¿Qué queda de Libia? Un país dividido, que ha salido de una revolución pero donde la guerra no ha desaparecido. El país no está pacificado. Es un país importante para Europa. Poner fin a este conflicto es difícil, porque los protagonistas son cientos de milicias sin una relación jerárquica entre sí.
Mientras se sigue combatiendo, sobre todo en Bengasi, la ONU ha intentado poner en marcha un diálogo político.
La ONU en Libia está intentando hacer su trabajo. Hace unos días organizamos en Ghadames un encuentro de diálogo, el primero después de varios meses. Muchos han entendido que la única solución es negociar, hablar con los que hasta ahora han sido rechazados y combatidos como enemigos.
¿Cuáles son los principales grupos, las facciones con las que intentan mediar?
El gobierno votado por el parlamento legítimo controla las ciudades de Tobruk y Beida, al este del país. En cambio, las milicias aliadas de Misurata controlan Trípoli, con otro parlamento y otro gobierno, y en Bengasi luchan contra el general Hafter. Las milicias de Zintan, que han perdido el control del aeropuerto de Trípoli, permanecen en ciertas áreas al oeste del país. Pero el sur está sobre todo bajo el control de elementos locales.
¿Cómo se puede detener a los nuevos “señores de la guerra” libios?
Nosotros intentaremos explicar a todas las facciones, a todas las milicias, que deben respetar lo que dice la ley de la comunidad internacional. Intentaremos convencerlos. De otro modo, ya están preparadas las sanciones, también las hay individuales, para quien no respete la ley internacional. Tenemos los instrumentos y la resolución 2174 de la ONU. Estamos preparados para identificar a estas personas, congelarles sus bienes, sus cuentas corrientes, las casas que poseen en el mundo. Estamos preparados para vetar su libertad para viajar y también para incluirlos en la lista de quienes han violado las leyes sobre los derechos humanos, y acusarles de ser criminales de guerra.
Libia ya no solo parece estar al borde de una fragmentación irreversible, sino que también es un país donde han dado comienzo fenómenos de limpieza étnica, con familias enteras obligadas a desplazarse de una región a otra.
Creo que la situación actual no es irreversible. La unidad, la integridad territorial de Libia son cruciales. Todos sabemos que hay diferencias históricas entre el este, el oeste y el sur del país. Pero estoy seguro de que la gran mayoría de los libios quiere un país unido. Creo que aún es posible mantener unido este país. Y ese es el mensaje principal para preparar un diálogo profundo en la fase que tenemos por delante.
Hablemos del papel que tienen algunas potencias extranjeras: todos dicen que Qatar y Turquía apoyan a la facción de Misurata, mientras los Emiratos, Egipto y Arabia Saudí estarían del lado de Zintan. ¿Qué le pediría a estos países, que forman parte de la ONU?
No hay una solución militar en Libia. Nadie es lo suficientemente fuerte para poder controlar el país solo, aun con mucha ayuda externa. Prolongar la guerra solo llevará a un caos mayor y no podemos permitírselo. Por eso pedimos a todos los actores internacionales que no apoyen el enfrentamiento sino el diálogo, la única solución posible.