Libertad lingüística
La política lingüística debe respetar lo establecido en el artículo 27 de nuestra Constitución: el derecho a elegir la lengua. Este derecho se tiene que compatibilizar con la existencia de lenguas cooficiales en las Comunidades Autónomas donde las hay. Eso impide, como ha afirmado recientemente el Tribunal Supremo, un monolingüismo absoluto. No puede ser marginada una de las lenguas cooficiales. Es lógico que los alumnos estén obligados a aprender las dos lenguas. Cataluña y Baleares son ejemplos claros de falta de libertad lingüística. El modelo vasco, sobre todo ahora que es aplicado por los socialistas con el apoyo del PP, respeta los dos principios. Galicia quiere corregir, veremos cómo queda.
El borrador del decreto de Feijoo hace posible la elección en todas las asignaturas en la enseñanza infantil, de una troncal en primaria y de dos troncales en secundaria. El resto las decide el Consejo Escolar. La tutela efectiva de la libertad lingüística va a depender, en gran medida, de la libertad de los consejos escolares. Es bueno que cada colegio tenga su propia fisonomía elegida por los padres, es necesario que los padres puedan elegir realmente colegio. No puede convertirse en conflicto lo que para la mayoría de los gallegos no lo es.