Las giras de Capriles

Varias de ellas se refirieron a las irregularidades que han venido sucediendo en un centro penitenciario situado en las vecindades de la población y Capriles, en forma sencilla, más que discurso, diálogo, expuso los aspectos más relevantes de la crisis penitenciaria que en Venezuela ha adquirido niveles tan graves, como en ningún otro país latinoamericano. Se refirió a una manifestación reciente de familiares de detenidos en dicho centro, que pedían el traslado para imponerse de las actas procesales. Habló además, sobre el potencial turístico de la región, venido a menos por la inseguridad y el serio deterioro de las vías de comunicación. Pidió la unión de todos los venezolanos para restablecer un clima de convivencia, de grandes entendimientos para enfrentar con seriedad y éxito los grandes problemas nacionales. Ofreció pinceladas sobre su programa para impulsar el turismo cuando sea presidente. Utilizando una motocicleta prosiguió su gira.
En las cercanías de Tovar lo esperaba un grupo de jinetes, que le ofrecieron un caballo ensillado para que lo montara. Lo cual hizo con agilidad y elegancia, trotando hacia la plazoleta, donde lo esperaba una entusiasta y nutrida concurrencia. El mismo libreto de Lagunillas, con la diferencia de que el tema fue el café. "Aquí se producían centenares de miles de quintales, que eran exportados y ustedes se ganaban su platica (dinero) y ahora, lo estamos importando de Nicaragua ¿Por qué? Porque el señor que gobierna está comprometido más con su camarada Daniel Ortega que con los caficultores venezolanos."
El estilo de Capriles es novedoso, fresco, juvenil. Está creando un vínculo afectivo con la población, sin distingos políticos o ideológicos, en tanto Chávez le habla solo a sus partidarios. Capriles visita diariamente cuatro o cinco poblaciones situadas en diferentes regiones, en Barinas fueron nueve, empezó a las 8 de la mañana y terminó a las 9 de la noche. Chávez por lo contrario reduce su campaña a encabezar desfiles de empleados públicos en una carroza, impidiendo su anillo de seguridad integrado por cubanos, que alguien se le acerque. Si fuese un match de boxeo, el referí le alzaría el brazo a Capriles.