Las diferencias política, en nuestra experiencia, no son un inconveniente
¿Cómo ha surgido la idea de elaborar este manifiesto?
Lo hemos escrito varios amigos con sensibilidades distintas. El objetivo que compartíamos todos es que no queríamos volver a la confusión social del año 2017. Nos ha obligado a bucear en nuestra experiencia para encontrar si hay algo que nos una a pesar de las diferencias que puedan existir en lo político.
Se dice, en el manifiesto, que la sociedad catalana estuvo en esos días y está todavía, aunque con menor intensidad, polarizada. Por un lado, están los que afirman que se sienten legitimados democráticamente – por ser mayoría- para producir una serie de leyes que van en contra del ordenamiento vigente y, por otra parte, están los que afirman que hay que respetar la legalidad vigente. Yo no tengo ningún problema en decir que apuesto por la legalidad vigente.
Cuando decíamos que la amnistía va en contra de la legalidad muchos de ellos nos recuerdan que el 155 fue mucho peor todavía. Es decir, asistimos a conversaciones donde los fundamentos que sustentan la legalidad para nada están claros.
Este juicio ha sido concebido para nuestros amigos, conocidos y la gente de aquí. No está concebido para entrar en la arena política donde puede haber voces mucho más autorizadas que nosotros. Lo que pretendíamos era poner de manifiesto que en Cataluña existen relaciones entre personas de ambas partes que son mucho más sólidas y afectuosas que esta polaridad que viene fomentada desde el poder político. Pretendemos reclamar a la experiencia de cada cual si esto es cierto o no. en los desafíos de cada día: compañeros de trabajo, de deporte, padres del colegio,…
Una de las cosas que más me ha gustado del manifiesto es cuando afirmáis que “el verdadero diálogo no consiste en convencer al otro, sino en hacer cosas juntos” ¿podrías poner ejemplos concretos que hayan vivido en la CdO?
Soy empresario de una ingeniería en tratamiento de aguas y pienso en algún trabajador en la empresa que defiende que la amnistía es perfectamente legal, pero con los cuales existe una relación de respeto, afecto, responsabilidad y seriedad respecto a los trabajos que hacemos en la empresa. Lo mismo podría decir de los proveedores, clientes y compañeros en el club deportivo y, en menor grado pero también, con padres del colegio donde llevaba a mis hijos.
Existen vínculos e intereses que van más allá de si soy de una de las partes o de la otra. Cuando tienes un proveedor o una persona con la cual trabajas, como se habla en el manifiesto sobre los desafíos laborales, pues ahí si los dos miramos lo que tenemos entre manos entonces la relación es buena, constructiva y acabamos siendo amigos aunque no nos entendamos en el plano político. Porque este es como un tema futbolístico. Yo soy de este o yo soy de los otros. Donde todo lo ocupa una especie de sentimiento identitario que impide el razonar.
Este sentimiento de victimización constante, que parece dominar la política actual, ¿corre el riesgo de “matar” la creatividad? Precisamente Cataluña siempre se había caracterizado por su dinamismo y creatividad.
Efectivamente es así. Si sólo nos quedamos en el sentimiento nos olvidamos de muchos factores de la experiencia donde uno puede ver que tenemos relaciones en nuestras vidas que hablan de que el otro es un bien aunque no piense como yo. La vida está llena de necesidades y de urgencias en las cuales se pone de manifiesto la humanidad de cada cual.
Desde la CdO, ¿qué se le pediría a la clase política para facilitar las «relaciones buenas» de las que hablas?
En nuestro manifiesto queremos reclamar a la gente que descubran en su propia experiencia que ya existen relaciones donde la opción política no es un inconveniente. De hecho, es una sorpresa encontrarse con alguien con el que en lo político no te pones de acuerdo pero en el que en lo laboral o en la forma en la que cuida la comunidad de vecinos o la forma cómo afronta las cosas ves una seriedad que es un bien para todos.
Nosotros nos ponemos a disposición de la clase política porque realmente ahora mismo tenemos muchísimos desafíos: inmigración, paro juvenil, la soledad de tantos ancianos, la baja natalidad ¿cómo vamos a pagar las pensiones? me parece que hay bastantes problemas que urgen en la realidad y que nosotros como empresarios podemos también aportar a la política y discutir qué es lo que funciona, qué es lo que vale y lo que no. El político debería de ver que es un bien contar con la sociedad civil. Estamos ofreciendo nuestra experiencia y la de nuestras obras para afrontar los desafíos que citamos en el manifiesto.
¿Qué es lo que más os urge comunicar?
El bien más grande que ha supuesto este juicio ha sido el diálogo que hemos tenido unos cuantos aquí en Barcelona y te puedo asegurar que no todos estamos políticamente de acuerdo. Tratando de descubrir lo que nos une y, por eso, las cerca de quince personas que hemos elaborado el texto todas ellas han aportado algo. De cada frase te podría decir quién está detrás, lo que cada persona dijo y que era más verdadero que lo que teníamos antes.
Este es el camino que queremos ofrecer a la sociedad catalana, no va dirigido tanto al mundo político. Sí a los políticos como personas, claro que sí. La frase clave es la que has remarcado antes en tu pregunta: para nosotros el diálogo no consiste en convencer al otro, sino en hacer cosas juntos. Desafíos no faltan: basta volver la mirada allí.
Aprendamos de la experiencia: ¿Qué le pedimos a la política?
La Asociación Compañía de las Obras, formada por ONGs, empresarios y trabajadores que viven su trabajo como realización personal e instrumento de construcción social, pretende hacer un ejercicio de memoria y poner en valor la experiencia de lo que hemos aprendido en estos últimos años.
Desde mediados de 2017 hasta el inicio de la pandemia, muchos catalanes vivimos con inquietud los acontecimientos políticos y sociales que produjeron perjuicios a los empresarios, a los trabajadores y, en consecuencia, a la economía y estabilidad social de Catalunya.
Independientemente del posicionamiento de cada cual, debemos admitir que, aunque la intensidad ha disminuido, seguimos en una crisis política donde el ansia por el poder parece estar por encima del bien común.
En ese período ocurrieron hechos que dañaron la convivencia: Se aprobaron leyes en el Parlament de Catalunya que perjudicaron la confianza, la credibilidad, la economía y la seguridad jurídica.
La polarización en bandos (“legitimidad democrática” vs. legalidad) provocó que fuera muy difícil encontrar espacios de diálogo y de construcción desde las diferentes convicciones y posiciones.
En definitiva, los hechos y la actitud política que crearon el conflicto generaron impotencia, descrédito y la pérdida de atractivo de Catalunya.
Es el momento de recuperar la confianza para que personas, empresas, industria e inversores vuelvan a creer en el potencial de Catalunya.
¿Qué aportación somos para la vida política?
De nuestra experiencia vivida resulta una evidencia: Las relaciones de amistad (donde prevalecen los vínculos entre las personas y no los intereses) influyeron decisivamente en evitar un desenlace traumático.
La sociedad catalana, aunque se vio fuertemente afectada, hoy está menos crispada y dividida de lo que desde el relato político se nos quiere hacer creer.
Nuestro sistema democrático no está basado en el principio de que la mayoría impone su criterio, sino en el de que la mayoría gobierna para todos. En esta frase se atisba el método: el ir permanentemente a buscar al otro, en tejer relaciones, consensos, cicatrizar divisiones para avanzar y progresar.
No queremos volver a vernos envueltos en un clima de tensión política y social causada por una voluntad política e ideológica dispuesta a pasar por encima del marco legal.
Para la CdO, el verdadero diálogo no consiste en convencer al otro, sino en hacer cosas juntos. Eso genera el escenario que garantiza la verdadera y honesta convivencia y el progreso del conjunto de la sociedad.
¿Acaso no tenemos la experiencia de que ha crecido el afecto personal con quien nos hemos implicado a fondo en la resolución de desafíos y crisis, sin importar lo que cada uno piensa en lo político? Este es el método que proponemos desde la CdO.
Son muchos los desafíos que tenemos que afrontar como sociedad. Destacamos: la inmigración, el paro juvenil, la
soledad de tantos ancianos, la baja natalidad, el acceso a la vivienda, la educación, el fomento de la actividad económica, la mejora del sistema de salud, el fortalecimiento de nuestras instituciones, la fiscalidad, la revolución tecnológica, la protección del medio ambiente, la desindustrialización.
Necesitamos una política que anteponga a los intereses de partido la prioridad por mejorar las condiciones de vida de la gente, preparando el terreno para que las personas y las empresas puedan generar vínculos.
Desde la CdO afirmamos la importancia de valorar el hecho de que vivimos en un país con unas leyes y un sistema judicial garantista y muy evolucionado que constituyen el marco donde convivir pacíficamente. Son el fruto de la
conquista de un sistema democrático que debemos a quienes históricamente han trabajado y luchado para conseguirlo y, por tanto, no debemos tratar con superficialidad la importancia de las instituciones que lo sostienen.
La Compañía de las Obras se pone a disposición de la clase política para favorecer este diálogo y compartir la experiencia de nuestras obras en la solución de tantos desafíos que nos atañen.
CdO. Barcelona, noviembre de 2023.
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