La vía está en el centro

Al terminar la Convención del PP de este fin de semana, los líderes de más confianza de Casado han querido reconocer los errores de un PP excesivamente tecnocrático durante la época de Rajoy. También convendría que reconocieran los errores de la época de Aznar y sus casos de corrupción, que son los que hicieron prosperar la moción de censura.
En su intervención de clausura de la Convención, Pablo Casado ofreció un decálogo de propuestas, una especie de contrato con España. Esas propuestas son de corte claramente liberal. Casado ha hablado de recuperar un PP de amplias mayorías. Para que el PP sea un partido de grandes mayorías no solo es necesario revindicar la inspiración liberal de Aznar -más liberal desde que es expresidente-, también necesita apoyarse en el consenso socialdemócrata que Rajoy no abandonó.
Lo más interesante de este programa de Casado es su intención de dar protagonismo a la sociedad civil. Lo que requiere separarse de la actual partitocracia. También es interesante su intención de reforzar la libertad de elección de los padres y de dar apoyo a la vida. En cualquier caso el subrayado en la libertad afortunadamente está acompañado de referencias a la igualdad. España ha salido de la crisis con más diferencias, somos un país con desigualdad. Casado defiende una “España autonómica y autonomista”, distinguiéndose de VOX. Denuncia la polarización, apuesta por la concordia y por fomentar experiencias compartidas entre los españoles. Suena bien.
Estamos ante un programa de liberalismo conservador que distingue al PP de las posiciones de VOX y del liberalismo casi absoluto de Ciudadanos. Es bueno que el PP tenga personalidad. Ahora tiene que conectar con los votantes perdidos, que en su inmensa mayoría están en el centro.
De centro es una política que esté enfocada al bien común, no solo a agendas particulares; realista, sin radicalismos que se aprovechan de los miedos de los votantes. El centro es un espacio que no absolutiza las diferencias ideológicas, que no convierte la cuestión identitaria (ya sea personal, social o territorial) en un motivo de conflicto.