´La verdadera revolución es Cristo mismo´
"Cuando uno ama de verdad, siempreexperimenta que no ama lo bastante". Así intervenía la hermana Carmen Pérez,para quien la caridad "es lo que mueve y cambia completamente a la persona". A sus 76 años la hermana Carmen, que vivedesde hace poco en Toledo, donde hace su vida acompañando a enfermosparapléjicos en un hospital, se preguntaba: "¿de qué otra manera se puede estaren la vida si no es con la gratuidad?". Así, decía que ella en el hospitalaprende a mirar verdaderamente a los demás: "nunca siento lástima ni compasiónpor los enfermos, sino admiración y respeto", afirmaba. La teresiana concluíadiciendo que lo que le conmueve del cristianismo es el humanismo, y que,finalmente, "la verdadera revolución es Cristo mismo".
En su intervención, Mariela Filiberti, quese ha mudado recientemente con su congregación al madrileño barrio de Usera,declaraba que, para ella, "la caridad es aceptar que Dios me quiere. Sólo elhecho del afecto que Dios me tiene -Dios, que se ha conmovido por mi nada-,hace surgir la posibilidad de que yo ame a los demás". Filiberti aseguró que"cada gesto de gratuidad nace de la caridad de Dios, que me ha alcanzado".
Las hermanas de la Caridad de la Asunciónque viven en Usera ven una pobreza muy grande; sobre todo, muchas madressolteras con dificultades a las que intentan ayudar "llevando a sus niños alcolegio si ellas tienen que trabajar, a consultas médicas o a terapias".Filiberti señalaba que "con el tiempo, aumenta la confianza con estas personas,convirtiéndose las dificultades en oportunidad". La italiana concluía diciendo que en sucongregación parten "del valor de la persona, de que la realidad es positiva ydel responder a las necesidades concretas de las personas".
Por su parte, María Teresa Compte empezóparafraseando a Benedicto XVI en su viaje a México este fin de semana: "si dejamosque el amor de Cristo cambie nuestro corazón, entonces nosotros podremoscambiar el mundo". La doctora en Ciencias Políticas y Sociología dijo que "lacaridad no es un sentimiento abstracto ni pasajero, sino un compromiso que sedebe materializar en una fuerza". Así, se refirió a la caridad como un acto"fruto del deseo de una vida buena de y para todos los hombres que vivimosjuntos". Compte diferenció dos tipos de caridad, la social y la política, queconsidera "deben concretarse en el destino universal delos bienes" con el fin de mejorar las condiciones de vida de las personas. La doctorapuso énfasis en el hecho de que uno "es el guardián de su hermano" y expuso supunto de vista acerca de cómo cambiar el mundo a bien: "si queremos transformarla realidad, debemos conocerla yaceptarla tal cual es".
La mesa redonda sobre la caridadterminaba identificando la caridad como el amor de Cristo, que mueve el corazóndel hombre, y tomando a la persona en su circunstancia concreta como el puntode partida necesario para que este amor se manifieste y dé frutos.