Entrevista al artista Jorge Rodríguez-Gerada

`La verdadera humanidad ha quedado opacada`

Cultura · Elena Simón
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 384
6 marzo 2014
La IX Feria del Arte Contemporáneo –Art Madrid ´14-, en el Salón de Cristal de  Cibeles ha cerrado sus puertas con un notable éxito de público, más de 20.000 visitantes, y gran éxito de ventas. Cual si de un pequeño museo se tratara hemos disfrutado de abundante obra de maestros del XX, junto a consolidados contemporáneos y valiosos autores emergentes.

La IX Feria del Arte Contemporáneo –Art Madrid ´14-, en el Salón de Cristal de  Cibeles ha cerrado sus puertas con un notable éxito de público, más de 20.000 visitantes, y gran éxito de ventas. Cual si de un pequeño museo se tratara hemos disfrutado de abundante obra de maestros del XX, junto a consolidados contemporáneos y valiosos autores emergentes.

El arte figurativo cada vez va mostrándose con más fuerza, lo que nos ha permitido apreciar, entre atractivas representaciones, que no ha faltado la denuncia de un estado de degradación de lo humano que ya nos va pareciendo normal: cúmulos de cabezas tal vez de bebés, dentro de baldes metálicos –quizás en alusión a las “basuras humanas” de los centros abortivos-, hombres-pene o andando a cuatro patas, bellos rostros femeninos tal vez agredidos… El hombre está herido. Y especialmente los jóvenes, más sensibles y menos cínicos, lo perciben con gran dramatismo.

Detuvieron mi camino unos rostros con ojos potentes, comunicativos desde trozos rotos de pared enmarcados entre cristales. Son los dibujos, excepcionalmente aquí de pequeño formato, de Jorge Rodríguez-Gerada, un artista de gran impacto.

Jorge, ¿qué te propones con esta forma de representación?

Encuentro estas superficies especialmente maravillosas no sólo por su antigüedad sino también porque han sido testigos de distintas renovaciones. Varias generaciones han pintado estos muros al mudarse a una nueva casa, al recibir a un nuevo integrante en la familia o sólo por la necesidad de embellecer el lugar donde vivían. En ese sentido mi trabajo se vuelve una colaboración con una amplia variedad de pintores anónimos y descubre parte del legado que dejamos a quienes nos suceden. Por otro lado, al ser superficies reales, poseen una fuerza intrínseca que les otorga el tiempo y la historia. Agregando a esto imágenes de personas que me son cercanas, retrato la fragilidad y la permanencia inherente a la existencia humana.

¿Qué ha perdido el hombre en la sociedad actual, de la que es reflejo el arte, qué le falta para recuperar su dignidad?

La verdadera humanidad ha quedado opacada por la banalidad y el consumo desmedido de gratificación inmediata. Sólo a través de un reencuentro con la esencia de lo que somos y con la empatía de vernos en los otros, podemos recuperar la dignidad perdida.

A lo largo de tu trayectoria profesional te vemos atraído por el hombre. ¿Qué te lleva a esta fascinación?

Me interesa el ser humano porque desde siempre me fascinan las ciudades y la complejidad de la vida urbana. Así como las ciudades son conjuntos de esfuerzos de personas sostenidos en el tiempo de manera tanto orgánica como planificada, nuestras vidas son reflejo de lo mismo: me impacta pensar en la inmensa cantidad de vidas anteriores que llegaron a combinarse en un tejido global, para que yo esté aquí y en este lugar.

Eres cubano, aunque tu infancia y años de formación juvenil se han desarrollado en los EEUU. ¿Te ha marcado esto de alguna manera?

Indudablemente. Mi forma de ver el mundo y las razones que me llevan a realizar el trabajo que hago son fruto de estar involucrado con los movimientos contra-culturales que existían en Nueva York durante los 80 y principios de los 90. Cuando mi familia emigró a USA no había una comunidad cubana en mi entorno. El choque cultural fue abrupto.

Tus rostros me han traído a la mente los retratos romanos de El Fayum, del siglo II, en los que los ojos, como en tus pinturas, tienen una expresión profunda en un intento de traducir toda la totalidad humana, ¿tienen algo que ver con tus obras?

Los retratos de El Fayum, sacados de su contexto (el embalaje mortuorio que los contenía) dejan ver bordes de madera que los artistas no deseaban mostrar. En mi caso la superficie tiene tanta importancia como el retrato. La mirada y las grietas se unifican y conforman un misma obra en la que superficie y dibujo están integrados. Las personas que dibujo son de mi entorno e intento reflejar la fragilidad y la grandeza que hay en cada una. He sido un artista urbano, mucho antes de que el arte urbano se hiciera popular. Nunca hice grafiti. Todas mis texturas (no sólo en los fragmentos sino también en las intervenciones de la serie TERRESTRIAL) proceden del ámbito urbano y nunca las cubro sino que siempre las integro.

Fuiste en Nueva York uno de los fundadores del Movimiento Culture Jamming, con el grupo Artfux, ¿puedes contarnos en qué consistió y qué queda en ti de aquellos pasos?

Con Artfux interveníamos grandes publicidades de la calle, alterando el mensaje para dejar al descubierto las verdades que los productos publicitados escondían. Fueron años de activismo callejero que respondía de forma irreverente al mensaje unilateral que la publicidad ejercía en el espacio urbano. Nuestras intervenciones estaban dirigidas a productos nocivos, como alcohol para emborrachar rápidamente o cigarrillos, que se publicitaban principalmente en barrios de bajo poder adquisitivo. De esos años me queda el disfrute de interactuar con la gente del lugar cuando realizo mi trabajo, el tener en cuenta al entorno para decidir qué obra realizar y el continuar en la línea de un pensamiento crítico que tenga presente a la gente por lo que es y no por lo que consume o puede llegar a consumir.

Es un respiro que alguien sea crítico con las imágenes prefabricadas del marketing y que por un momento volvamos a la individualidad, a la realidad con todos sus matices. Tú utilizas con frecuencia imágenes mucho mayores que las que vemos en carteles publicitarios. ¿Te han servido de alguna manera los códigos del marketing para impactar?

Sí. Creo que, como decía David Siqueiros, hay que utilizar los medios de la época. En este caso yo también aplico eso a mi trabajo. El tamaño de las obras que realizo tiene que ser directamente proporcional a la importancia del mensaje que llevan. Si una empresa publicitaria puede poner una cara muy grande de un modelo vendiendo una falsa eterna juventud, me interesa darle ese mismo espacio a una persona anónima que no nos vende nada.

Pierre Francastel, profesor de la Sorbona, en París, en su famoso estudio sobre El Retrato se preguntaba si una persona era solo unas facciones a representar o éstas nos hablan del papel que desempeña cada hombre concreto en el Universo. ¿Cuál es tu posición?

Creo que el rostro, a pesar de responder a un factor arbitrario como es la herencia y la casualidad, tiene una influencia enorme en nuestra sensación de identidad. Creo que el tipo de vida que llevamos, con compasión o enjuiciamiento, con generosidad o egoísmo, con curiosidad o apatía, va dejando huellas en los rostros y en las miradas. En ese sentido los rostros hablan del papel que desempeña cada persona en su entorno.

Caras de niños vivaces, tristes, de ancianos, aprovechando las texturas de la pared para acentuar la individualidad, la tersura o la vejez. Luigi Giusanni escribió un interesante libro, En busca del rostro humano. ¿Tú qué has encontrado para no perder la pasión por el hombre?

La historia de la humanidad. Cuando miramos atrás seguimos juzgando a quien actuó con mezquindad como un mezquino aun si durante su época gozó de grandes beneficios. El tiempo pone a todos en su sitio. También, no puedo perder la pasión por el ser humano porque día a día me emociono y me sorprendo con mis hijos. Si tengo fe en ellos no puedo no tenerla en gran parte de las generaciones que vienen. Por otra parte, realizando mi obra he viajado mucho. No importa dónde estoy, si es en Bahréin, México o Inglaterra, más allá de cómo son los líderes políticos, la mayoría de la gente demuestra su humanidad.

—————————————

Para una sociedad consumista, comercializada y frívola, tus rostros sencillos y nobles, sobre muros y paredes, o en la arena de la playa, en dimensiones desmedidas, han sido impactantes. Hoy la Galería N2 de Barcelona te acerca a Madrid en la Semana estrella del Arte Contemporáneo, muy cerca del Museo del Prado donde otro grande, Diego Velázquez, comparte contigo la tensión por lo humano. Gracias.

Noticias relacionadas

Simón: ¿por qué frente a tanto mal surge tanto bien?
Cultura · Isabella García-Ramos Herrera
Simón (2023) es la primera película venezolana en llegar a Netflix Latinoamérica y España, después de su nominación a los premios Goya como “Mejor película iberoamericana” y ser ganadora y nominada en otros certámenes como el Heartland International Film Festival, The Platino Awards for...
1 abril 2024 | Me gusta 5
Tomarse a Dios en serio
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
Ha llegado a mis manos un interesante libro "Tomarse a Dios en serio", escrito por Joan Mesquida Sampol, un funcionario de la Administración balear, con formación jurídica y en ciencias religiosas. El título va acompañado de este esclarecedor subtítulo "La dificultad de creer en un Dios que no...
19 marzo 2024 | Me gusta 5
Chesterton, un hombre del pueblo
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
Este año se cumple el 150 aniversario del nacimiento de Gilbert Keith Chesterton y el paso del tiempo solo sirve para subrayar la genialidad y la capacidad de intuición de un escritor que no puede ser reducido a la caricatura de un catolicismo militante....
21 febrero 2024 | Me gusta 1